Culiacán, Sinaloa.- Cada perro y gato que hoy vive en la Fundación Balto y Togo tiene una historia que merece ser contada. 357 animales han sido rescatados de situaciones de maltrato, abandono o crueldad, encontrando un refugio donde se les brinda cuidado, alimento, atención médica y un espacio seguro para sanar.
Marisela Castaños Pérez, fundadora de la organización, recuerda que detrás de cada mirada hay un pasado doloroso y un presente lleno de resiliencia, pues cada animal que llega a la fundación trae consigo una historia de sufrimiento, pero también la capacidad de recuperar la confianza y aprender a vivir nuevamente.
Actualmente, la fundación enfrenta el desafío de mantener a todos estos animales mientras esperan un hogar definitivo. Además de cuidados médicos y alimentación, muchos de ellos requieren rehabilitación para aprender a relacionarse con los seres humanos.
”Que nos apoyen con alimento en especie tenemos tres centros de acopio Chapultepets Congreso, Veterinaria Barrancos y Veterinaria Reza, artículos de limpieza todo eso nos sirve a nosotros pues para poder seguir manteniendo el albergue. Nosotros funcionamos con puro ayuda de la gente, no nos ayuda ninguna institución gubernamental, ni tampoco empresas, todo es la buena voluntad de los ciudadanos que nos donan de kilito en kilito y pues necesitamos 1 tonelada 600 para este mes de septiembre”.
Entre los casi 400 animales que aún esperan un hogar, se encuentran historias de resiliencia que inspiran: cachorros que sobrevivieron accidentes, gatos que fueron rescatados de abandono, perros que aprendieron a confiar de nuevo en el ser humano.
La fundación realizará en este mes de septiembre diferentes actividades para recaudar fondos, seguir operando y ayudando a mas animalitos.
“Y queremos hacer unos eventos en los próximos días para seguir recaudando alimento y pues los artículos de limpieza, que es lo que más gasta en el albergue”.
Detrás de cada rescate hay un compromiso por la vida, la dignidad y la oportunidad de un futuro mejor para quienes no tienen voz, pero sí corazón.
Lo que esta fundación busca es que cada uno de ellos pueda tener una segunda oportunidad, un lugar donde se sientan amados y seguros.