Culiacán, Sin.- Con tres piezas de experimentación sonora en las que se privilegió la improvisación para formar diálogos entre los diversos instrumentos y objetos, y generar ambientes más que musicales, orgánicos, el colectivo TEMPLUM Ensamble, con cinco músicos originarios de Mazatlán, ofreció el concierto TEMPLUM experimental.
El concierto se realizó en el Teatro Socorro Astol del Instituto Sinaloense de Cultura, promovido por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales de la Secretaría de Cultura federal, y estuvo a cargo de un grupo de músicos mazatlecos integrado por Jorge Birrueta, en la guitarra eléctrica; Víctor Manuel Osuna en el violín y dirección artística; Luz Urquidi en el violonchelo; Ricardo Montes en la batería y David Hernández Tinoco en las percusiones.
Todos instrumentos convencionales, aunque tocados en forma nada convencional: Una guitarra eléctrica tocada con un arco, platillos y tambores de batería tallados con los palillos; el chelo y el violín presionados con fuerza para generar rechinidos o sonidos estratosféricos, crujientes, secos, escalofriantes o cacofónicos.
Guitarra eléctrica tocada con un arco, platillos de batería igual o tallados con los palillos; chelo o violín tocados de forma nada convencional. Además de otros instrumentos menos convencionales, como una botella medio llena de agua para producir sonidos acuático, o como el viento, con una manguera corrugada de la construcción.
Fueron tres piezas, sin nombre, que invitaron a escuchar no como un proceso musical, sino como una experiencia sonora, imaginando cosas muy orgánicas como una piedra raspada en el río, el viento moviendo las hojas de los árboles, y cualquier sonido orgánico que puedan imaginar.
En este TEMPLUM Experimental, dijeron entre pieza y pieza, nuestro concepto principal es la experimentación sonora, con proyectos de improvisación, lo cual se asume más al género del jazz, aunque es una práctica que lleva milenios y, de hecho, los ornamentos del barroco fueron productos de la improvisación, y aunque se piensa que durante el clasicismo y romanticismo se terminó, la verdad es que siguió dándose.
Explicaron que, en el siglo 20, en la música popular, la improvisación se hizo de forma más libre y, en la actualidad, en la música de vanguardia, la improvisación consiste en experimentar no solo con las tonalidades o los acordes, sino también sobre la sonoridad, sobre el sonido per se, qué es el sonido, qué tiene de característico.
“De tal modo que aquí todo sonido puede ser empleado y tomarse como referencia para improvisar y la improvisación para nosotros es como un diálogo en el que sescuchan y aportan ideas, se rompen, se enriquecen”, dijeron.
TEMPLUM ensamble es un colectivo vigente desde 2018 y dedicado a difundir la música de los compositores vivos y del siglo 20, la vanguardia y la experimentación sonora, así como el performance-
TEMPLUM ensamble ha estrenado obras de compositores como Eduardo Caballero y Víctor Taboada; se ha presentado en festivales como el 46º Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez (2024) en la Sala M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Festival Cultural Sinaloa 2024 y 2022, la Temporada SAS 2021, el Festival Cultural Mazatlán 2019, 2020 y 2021, en el Centro Cultural Paso del Norte y el CEART Ensenada en 2023, al igual que en espacios alternativos como MADE
en 2018.