La historia recuerda por momentos a la trama de la película “¿Quieres ser John Malkovic?”, en la que una pareja descubre un portal insólito detrás de un mueble. Pero sucedió en la vida real, en una ciudad de Capadocia, región histórica de Anatolia, Turquía.
Se trata de una zona conocida por sus paisajes y por las famosas “chimeneas fantásticas”: pilares formados gracias a la erosión natural de la roca volcánica que domina su superficie.
Dichas formaciones, así como las cuevas subterráneas de Capadocia, fueron aprovechadas hace muchos siglos por los habitantes de la región, a fin de resguardarse de los numerosos ataques de comunidades rivales. Las cuevas, construidas adaptando la suave consistencia del material volcánico en Anatolia, también fueron convertidas en almacenes y capillas. Algunos arqueólogos creen que fueron los hititas los primeros en realizar tales construcciones. Otros suponen que fueron los frigios, y otros más, que las obras de deben a los cristianos del siglo V de nuestra era.
El portal se abrió con un martillo
Como sea, un anónimo personaje de la ciudad de Derinkuyu descubrió por casualidad uno de los asentamientos subterráneos más grandes conocidos en Capadocia. Cuenta la historia que el hombre buscaba hacer trabajos de renovación y ampliación en el sótano de su vivienda en Derinkuyu y que, al martillar en cierto punto, se abrió un resquicio hacia una de las ciudades subterráneas más grandes e impresionantes de la región.