Su gran carrera comenzó, hace mucho tiempo, con una decepción. Antiguamente, Eliud Kipchoge fue un corredor de élite en la distancia de los 500 metros, y ya había demostrado su excepcional capacidad al conseguir las medallas olímpicas de bronce, en Atenas (2004), y plata, en Pekín (2008).
Sin embargo, en 2021, cuando la familia olímpica se dio cita en Londres, el deportista no estuvo presente, puesto que en los campeonatos de clasificación en Kenia solo había quedado en séptimo lugar, y ya no formaba parte del equipo olímpico. No obstante, aquella derrota cambió por completo la vida de este corredor de 37 años. En aquel entonces, nació el atleta de maratón y, posiblemente, el mejor corredor de todos los tiempos. El maratón se convertiría en el elixir de su vida.
“Mi familia es mi motivación, y yo quiero motivar a la gente joven con mi deporte. Mi mensaje es: juntos podemos lograr todo. Apoyémonos mutuamente como corredores. Si corremos juntos, todos podemos ser felices”, dijo Kipchoge, poco después de imponer su impresionante récord mundial.
En Berlín, corrió el domingo pasado los 42,195 kilómetros en 2:01:09 horas. Hasta ese momento, la mejor marca había sido de 2:01:39, en 2018, también en Berlín. Y, desde luego, también había sido impuesta por Kipchoge.
Entrenador y amigo
Naturalmente, el keniano también es campeón del mundo en la categoría de maratón. Y en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 2021, logró defender su medalla de oro de los Juegos de Río de Janeiro de 2016, algo que muy pocos deportistas han logrado.
Su camino a la cima fue diferente al de la mayoría de los atletas. Pese a pertenecer a la élite en la carrera de medio fondo, no se creyó demasiado importante para preguntar al antiguo corredor Patrick Sang si lo ayudaba a entrenar para el maratón. Desde entonces, Sang es el entrenador de Kipchoge.
En entrevista con el diario New York Times, el entrenador, de 58 años, señaló que ni Kipchoge ni su compañero de entrenamiento Geoffrey Kamworor jamás pusieron en duda sus métodos. “Simplemente confían en el proceso y hacen su trabajo”. Por su parte, Kipchoge aseguró al mismo medio que, de no haber conocido a Sang, su vida hubiese tomado otro giro.