BBC News.- El expresidente estadounidense Donald Trump anunció este miércoles que competirá por la candidatura del Partido Republicano de cara a las elecciones presidenciales previstas para el 5 de noviembre de 2024.
“Hoy estoy anunciando mi candidatura a la presidencia de Estados Unidos”, dijo frente a decenas de sus simpatizantes. “Esta no es una tarea para un candidato, es una tarea para un gran movimiento“, anunció.
Se trata de una decisión inusual para un exmandatario estadounidense que ya perdió unas elecciones presidenciales.
“Esta no será mi campaña, será nuestra campaña. Vamos a unificar a la gente”, indicó en su discurso, en el que atacó duramente al presidente Joe Biden y en el que, como hizo en 2016, volvió a presentar un oscuro panorama de EE.UU.
Donald Trump se ciñó en su mayoría a su guión que leyó durante su discurso de anuncio presidencial, ofreciendo una indicación de cómo planea enmarcar su próxima campaña.
Se jactó de su historial como presidente, pasó por alto las dificultades y los pasos en falso durante la pandemia de covid-19 e ignoró por completo sus meses de negación electoral después de su derrota presidencial que culminó con el ataque al Capitolio del 6 de enero por parte de una turba de sus seguidores.
Luego dirigió su objetivo al hombre que lo derrotó, Joe Biden, prestando especial atención al aumento de la inflación, la retirada de Estados Unidos de Afganistán y el aumento de la migración indocumentada en la frontera sur de Estados Unidos.
Curiosamente, pasó de puntillas por la invasión rusa de Ucrania y solo dijo que no habría sucedido bajo su supervisión.
Defendió el desempeño republicano durante las recientes elecciones de mitad de período.
“No necesitaba esto”, dijo después de anunciar su candidatura. “Tuve una vida muy agradable y fácil”.
Pero según el periodista de la BBC Anthony Zurcher, “este discurso sugiere lo contrario”. “No puede resistirse una vez más a intentar reclamar el centro de atención nacional”.
Trump dio a conocer su decisión una semana después de que se celebraran las elecciones de mitad de período en Estados Unidos, en las que el Partido Demócrata logró mantener el control del Senado, pese a las amenazas del exmandatario republicano de lograr que una “marea roja” se apoderara del Congreso.
Aunque parece que los republicanos controlarán la Cámara de Representantes, miembros de su propio partido han acusado a Trump de ser uno de los principales responsables del resultado desfavorable en el Senado.
Muchos de los candidatos más radicales que Trump apoyó durante la campaña acabaron perdiendo sus contiendas.
Para las elecciones de 2024, Trump afrontará dificultades que no existían en las campañas de 2016 y 2020.
En primer lugar, los republicanos recordarán su incapacidad para derogar las reformas sanitarias demócratas y sus reiteradas promesas de inversión en infraestructura que nunca se concretaron.
Además, se verá obligado a defender su papel en el ataque contra el Capitolio de Estados Unidos. Las elecciones de mitad de período demostraron que lo que sucedió ese día, y las palabras y acciones de Trump en las semanas previas, aún pueden influir en el comportamiento de los votantes.
Por otra parte, afronta varios procesos judiciales: una investigación criminal por manipular las elecciones en Georgia, un caso de fraude civil contra su imperio empresarial en Nueva York, una demanda por difamación que involucra una acusación de agresión sexual e investigaciones federales sobre su papel en el ataque al Capitolio y su manejo de material clasificado después de haber sido presidente.
Las encuestas más recientes de grupos conservadores atribuyen más apoyo a Ron DeSantis que a Trump entre los electores republicanos en Iowa y New Hampshire, estados que tienen votaciones tempranas en el proceso de nominación republicana.
Tras las elecciones de mitad de período, Trump advirtió al gobernador de Florida que se abstuviera de postularse a la precandidatura del Partido Republicano, a pesar de que es considerado el gran vencedor al ser reelecto como gobernador de Florida.
Además, su edad también podría jugarle en contra. Si gana la presidencia, Trump tendría 78 años cuando preste juramento. Aunque es la misma edad que Joe Biden tenía cuando llegó a la Casa Blanca, sería el segundo presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos.