La fatídica tarde de aquel 30 de enero de 1948, “Bapu” (padre) como le llamaban sus seguidores, se dirigía a una plaza cercana a su domicilio de Nueva Delhi. Eran las 17:17 horas de la tarde. Allí le esperaban unas 500 personas para realizar un rezo comunitario.
Un hombre se acercó a él con las manos juntas, en señal de oración. Cuando lo tuvo delante, le disparó tres balas en el pecho a quemarropa.
Gandhi se desplomó lentamente sobre la hierba, con las palmas de sus manos apretadas todavía una contra otra, esgrimiendo un gesto de ofrenda y de saludo hacia su asesino.
Las autoridades de entonces condenaron a Godse a la pena de muerte y su figura fue denostada durante décadas, pero sectores nacionalistas hindúes reivindican ahora al asesino de Gandhi.
India recuerda al precursor de su independencia
A 75 años de su muerte, el primer ministro indio, Narendra Modi, homenajeó este lunes a Mahatma Gandhi, el líder del movimiento por la libertad asesinado por un fanático hindú.
“Me inclino ante Bapu en su punya tithi (aniversario de su muerte) y recuerdo sus profundos pensamientos”, tuiteó Modi antes de participar en una ceremonia en Nueva Delhi.
El aniversario de la muerte de Gandhi se celebra también en el país como el Día de los Mártires.
Modi ha presentado regularmente sus respetos a Gandhi, pero se ha abstenido de comentar los esfuerzos de los nacionalistas hindúes por rehabilitar y honrar a Godse, ejecutado en 1949.
El Gobierno de Modi también ha defendido la labor del ideólogo hindú Vinayak Damodar Savarkar, conocido por ser el mentor de Godse.
Por su parte, el bisnieto de Gandhi, Tushar Gandhi, dijo en una entrevista con AFP que las opiniones de Godse están teniendo una preocupante resonancia en India bajo el mandato de Modi.
Esta filosofía ha tomado como rehén a India y el corazón de los indios. Se trata de la ideología del odio, la polarización y la división”, estimó.