Una solución inesperada al cambio climático podría venir en forma de pintura superblanca. ¿Se trata de una verdadera respuesta al cambio climático?
Aplicación aún mayor para reducir la temperatura de todo el planeta
Si este blanco altamente reflectante enfría los edificios más grandes, ¿no podría también mitigar el aumento de la temperatura global, e incluso detenerlo por completo? Sobre el papel, sí, dice Jeremy Munday, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de California en Davis, que investiga las tecnologías limpias, quien asegura que, si un material como la pintura de Purdue cubriera entre el 1 % y el 2 % de la superficie de la Tierra, la cantidad de luz rebotada al espacio reduciría la cantidad de calor absorbida por el planeta lo suficiente como para estabilizar la temperatura global.
En otras palabras, podría ayudar mucho a resolver el cambio climático. Además, según explicó Munday a The New York Times, la cantidad de luz devuelta al espacio no perjudicaría demasiado al cosmos. “Sería como verter un vaso de agua normal en el océano”, aseguró.
Aunque los habitantes de lugares cálidos y pintorescos como Santorini y Casablanca han utilizado pintura blanca para refrescar sus viviendas, las pinturas blancas comerciales todavía absorben parte del calor solar. En concreto, según Ruan, las pinturas blancas comerciales suelen reflejar entre el 80 % y el 90 % de la luz solar. Esto significa que siguen absorbiendo entre el 10 % y el 20 % del calor. En contraste, la pintura desarrollada por la Universidad de Purdue absorbe menos calor y enfría las superficies a temperaturas inferiores a las ambientales.
¿Sería ésta la solución al cambio climático?
En el mejor de los casos, solo teóricamente, porque el 2 % de la superficie terrestre sigue siendo una cantidad enorme, y la cantidad de color necesaria para conseguirlo no sería ni de lejos suficiente: la superficie total de la Tierra es de unos 510 millones de kilómetros cuadrados, por lo que la pintura tendría que cubrir entre 5 y 10 millones de kilómetros cuadrados.
Como referencia, la superficie total de Estados Unidos es de 9,8 millones de kilómetros cuadrados, así que se tendría que cubrir el país norteamericano de pintura blanca de extremo a extremo.
En ese sentido, Munday señala que cubrir más del 50 % del tamaño del Sáhara con una capa blanca podría detener la absorción excesiva de calor por parte del planeta, evitando así un aumento adicional de la temperatura global. Sin embargo, aclara que no sería una solución realista por diversas razones. Entre ellas se encuentran la falta de practicidad, ya que se necesitarían cerca de 2.000.000 millones de litros de pintura blanca de alta tecnología para cubrir todo Estados Unidos, o una cantidad comparable para abarcar toda la superficie del planeta. Esto se encuentra muy por encima de las posibilidades realistas.
Además, existen preocupaciones relacionadas con la vida silvestre y los posibles trastornos meteorológicos que podrían surgir de repente al enfriar una región de manera drástica. En lugar de esa solución, Munday aboga por implementar puntos de enfriamiento radiativo en diferentes lugares alrededor del mundo. Esto tendría beneficios tanto a nivel global como local, ya que contrarrestaría el efecto de isla de calor urbano, que se produce porque la mayoría de los edificios absorben y atrapan mucho más calor que las superficies naturales como bosques, agua y plantas, según The New York Times.
“Definitivamente, no es una solución a largo plazo para el problema climático”, dijo Munday. “Esto es algo que se puede hacer a corto plazo para mitigar problemas peores mientras se intenta tener todo bajo control”.
Con información de DW