Ciudad de México.- El nombre del Volkswagen Sedán o “Vocho” es recordado casi 20 años después de su último modelo vendido. Su particular forma de escarabajo se mantuvo viva por mucho tiempo en México no por necesidad, sino por amor a este modelo e incluso por encima de Alemania, el país en el que nació.
Como cada 22 de junio, el vocho es festejado a nivel mundial, algo que sin duda sólo un modelo con más de 21 millones de unidades vendidas a nivel mundial puede tener el privilegio de gozar.
Adolf Hitler y Ferdinand Porsche, firmaron un acuerdo para la creación de un modelo que con las décadas pasaría de ser un auto familiar, un auto de guerra, convertirse en taxi o de transporte, hasta hoy en día volverse una pieza de museo o de colección entre los amantes de las cuatro ruedas.
Porsche no partió de cero en el diseño de este modelo y tomó de base los prototipos de un modelo que ya había realizado en 1932, el denominado Type 12 que construyó para un fabricante alemán de motocicletas llamado NSU, pero también inspirado en un modelo checoslovaco, el Tatra V570, del que se desprendían partes importantes del diseño del escarabajo.
El desarrollo de un vehículo duradero, de bajas emisiones y con un precio contenido no fue sencillo para Porsche, cuyo apellido hoy se distingue por ofrecer vehículos deportivos de alta gama como el tradicional 911. En ese momento debía cumplir con el encargo del entonces hombre más poderoso de Europa quien llamaría a su vehículo “Fuerza a través de la alegría”, el nombre que llevaba el departamento encargado de las actividades recreativas en aquel momento bajo el gobierno alemán.
Después de la Segunda Guerra Mundial se reinició la fabricación del famoso VW Sedán que le dio el éxito a la marca alemana no solo en Europa, sino también en América al conquistar el territorio estadunidense, donde se convirtió en un ícono no solo de la cultura de los sesentas, sino también al figurar en películas de Hollywood, en un capítulo de Los Simpson, o con guiños históricos como en una portada de los Beatles e incluso ser el coche presidencial de un mandatario sudamericano.
En las calles de nuestro país el vocho se volvió en el modelo familiar preferido por su precio y también su bajo costo en el mantenimiento, mucho menor en comparación con otros vehículos de la época.
La gente recuerda los tradicionales taxis verdes circulando por las calles de México, pero la relación entre el país y el vocho se escribió desde mediados del siglo pasado con su llegada en la década de los 50, específicamente durante la exposición de la industria alemana en nuestra nación en marzo de 1954 con el arribo de cuatro unidades vía marítima por el puerto de Veracruz.
Su imagen icónica se conservó hasta principios de este siglo cuando aún era común ver este vehículo como taxi con su cromática verde, la ausencia del asiento del copiloto para permitir el acceso de los pasajeros a la línea posterior y un tradicional pedazo de tela sujetado a la puerta para que el mismo conductor pudiera abrir y cerrar la misma sin tener que moverse de su posición.
Existe una disputa sobre esto, pero ambos se dieron en México. El conocido y clásico Volkswagen Sedán se dejó de producir en 2003 en la fábrica de la marca en Puebla el 30 de julio de ese año.
Cuando el último modelo salió de la línea de producción se convirtió en el ejemplar 21 millones 529 mil 464 del mundo en su historia. A su salida fue enviado al Museo del Automóvil en Wolffsburgo, sede matriz de Volkswagen, donde es cuidado con los más altos estándares.
La penúltima unidad fue entregada al Vaticano donde reposa en el museo de ese estado independiente dentro de Roma.
Sin embargo, hay quienes consideran que el VW New Beetle, fabricado desde 1997 y cuya línea de producción finalizó en 2019, es realmente el adiós del último vocho.