Durante el gran evento ecuestre, el mandatario estatal reiteró su respaldo económico para la organización del Carnaval de Mazatlán.
Mazatlán, Sinaloa | Concebida en sus inicios como un convivio familiar por iniciativa del fallecido Don Joaquín Escobar, la Cabalgata de Los Escobar ha evolucionado en un festival anual con tres días de duración que reúne en la perla del pacífico a aficionados y expertos en la actividad ecuestre, cuya edición 2024 contó este sábado con la presencia del Gobernador Rubén Rocha Moya, quién acudió como invitado especial al rancho Chuchupira, para iniciar el traslado hasta el rancho Las Habas, sede de este evento que genera una importante derrama económica para el puerto.
Gratamente sorprendido ante la alta afluencia de miles de turistas procedentes de gran parte de la República Mexicana e incluso de Estados Unidos, el mandatario estatal señaló que los visitantes foráneos son el corazón de Mazatlán y agradeció su presencia en Sinaloa.
“El mensaje es que son bienvenidos. Me da mucho gusto que nos visiten y a la familia Escobar la felicito porque tienen mucha convocatoria y hacer este tipo de eventos, que para nosotros son muy importantes, es un evento blanco, es un evento que representa parte de nuestras tradiciones”, expresó el Gobernador.
Al ser abordado por la prensa local, Rocha Moya reiteró su total respaldo al Comité Organizador del Carnaval de Mazatlán, mencionando que para el Gobierno del Estado es un evento de gran relevancia por lo que apoyarán económicamente para que se concrete de la mejor manera para el disfrute de las familias que año con año acuden a estas fiestas.
“Quiero que se haga un bonito carnaval, bonito ¿por qué? Es un carnaval internacional y el año pasado estuvo muy bonito, han estado muy bonitos, no solo conmigo, en general. El carnaval de Mazatlán ha acumulado tradición y no lo vamos a dejar que se vea feo para nada”, indicó el Gobernador.
Finalmente, el Ejecutivo Estatal agregó que están realizando diversas obras para mejorar la infraestructura de Mazatlán y permanecer a la altura de lo que demandan los turistas.