Aunque el exoplaneta se encuentra en una zona que podría permitir la existencia de agua líquida, se requieren más estudios para confirmar si podría albergar vida.
Científicos han descubierto un nuevo planeta, denominado TOI-715b, orbitando una estrella enana roja a unos 137 años luz de distancia. Esta supertierra, con un tamaño 1.55 veces mayor que el de la Tierra, se encuentra ubicado en la llamada zona habitable de su estrella, un área que podría permitir la existencia de agua líquida. La investigación, liderada por Georgina Dransfield de la Universidad de Birmingham, fue publicada en las Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Órbita de 19 días
TOI-715b, que orbita su estrella cada 19 días debido a su proximidad, destaca no solo por su tamaño y ubicación sino también por ser parte de un sistema que podría albergar otro planeta de tamaño similar a la Tierra, aún por confirmar. Si se verifica, este último sería el planeta en zona habitable más pequeño identificado por el satélite TESS hasta la fecha.
Porque TOI-715 b pasa frente a su estrella, que en este caso es una enana roja, menor y menos caliente que el Sol, con bastante frecuencia, pudo ser mejor detectado y observado.
Mucho trabajo por hacer
La estrella anfitriona, TOI-715, es una enana M típica, con aproximadamente un cuarto de la masa y radio del Sol. Este tipo de estrellas son conocidas por su menor brillo, lo que permite que planetas en órbitas cercanas, como TOI-715b, residan en zonas habitables donde las condiciones podrían ser adecuadas para la vida tal como la conocemos. No obstante, los límites de lo que es una zona habitable son poco claros e incluso contradictorios, ya que el tipo espectral estelar, el albedo planetario, la masa e incluso cuán nublada esté su atmósfera pueden determinar si un planeta tiene agua líquida.
A pesar del entusiasmo que rodea a su descubrimiento, aún resta mucho trabajo por hacer para confirmar las características detalladas de TOI-715 b. Este planeta ahora forma parte de los candidatos en la zona habitable que podrían ser objeto de estudio detallado por parte del Telescopio Espacial James Webb, con el fin de detectar posibles atmósferas, determinar su masa, o definir su clasificación específica.