Hace 300.000 años, un grupo misterioso de homínidos cazaba caballos en los bosques de Asia oriental. Con cerebros más grandes que los nuestros, el “Homo juluensis” podría cambiar la historia de la evolución humana.
Si pudiéramos retroceder en el tiempo a Asia oriental hace entre 300.000 y 50.000 años, nos encontraríamos con un crisol de especies humanas conviviendo en la región. Ahora, un estudio “provocador” publicado en Nature Communications sugiere la existencia de una nueva especie humana que podría cambiar nuestra comprensión de la evolución: el Homo juluensis.
Bautizados como “Juluren” o “gente de cabeza grande” por el paleoantropólogo Xiujie Wu, de la Academia China de Ciencias, y el antropólogo Christopher Bae, de la Universidad de Hawái, estos antiguos humanos habrían coexistido, entre otros, con Homo sapiens y neandertales. Lo que los hace especialmente intrigantes es que sus cerebros eran mayores que los de cualquier otro homínido de su época, incluida nuestra propia especie.
En concreto, el H. juluensis habría vagado por los bosques del noreste de China cazando caballos en pequeños grupos y desarrollando habilidades como la fabricación de herramientas de piedra y el procesamiento de pieles animales para su supervivencia, según informa el comunicado de prensa de la Universidad de Hawái.
Researchers propose Homo juluensis as a new ancient human species, potentially linked to Denisovans, based on #fossilEvidence from #Asia. Study published in Nature Communications. @NatureComms https://t.co/G15P6241pg https://t.co/iv2poIqIeV
— Phys.org (@physorg_com) November 29, 2024
Lo más intrigante es que algunos de estos fósiles, hallados en China, fueron anteriormente atribuidos a los denisovanos, un grupo de antiguos humanos emparentados con los neandertales. Sin embargo, tras un análisis más detallado, Wu y Bae han llegado a la conclusión de que estos restos no encajan perfectamente en ninguna de las categorías conocidas, ya sean humanos modernos, neandertales, denisovanos u Homo erectus.
De hecho, una de las propuestas más interesantes de este estudio es que los denisovanos, conocidos principalmente por su ADN, podrían no ser una especie distinta, sino una subpoblación dentro del H. juluensis. Los investigadores han identificado similitudes clave en los fósiles de mandíbulas y dientes de ambas poblaciones, aunque reconocen que se necesitan más pruebas para confirmar esta conexión.
“En conjunto, estos fósiles representan una nueva forma de homínido de cerebro grande”, concluyeron Wu y Bae en la revista PaleoAnthropology a principios de este año.
“Aunque empezamos este proyecto hace varios años, no esperábamos poder proponer una nueva especie de homínido (antepasado humano) y luego poder organizar los fósiles de homínidos de Asia en diferentes grupos”, aseguró Bae.
Con información de DW