Cerca de tres mil 600 apicultores de la Península de Yucatán se declararon en emergencia por la mortandad masiva de abejas, debido al uso de fertilizantes y plaguicidas para los cultivos de maíz transgénico, verduras, hortalizas y chile habanero.
Everardo Real, campesino y apicultor de la región, explicó que desde 2011 reportaron la muerte de abejas por intoxicación. La causa fue el uso de glifosato y Tryphonil para los monocultivos de soya, maíz, tomate y lechuga.
Estos productos no solo causan daños al ecosistema, también afectan la salud de los pobladores y provoca la muerte de los polinizadores, que se agudizó en los últimos días. Los apicultores de la comunidad de Ich-Eck recorrieron a 11 apiarios, en los cuales han fallecido 248 colmenas. Esto representa una baja de más del 60% de la producción de miel y cera que comercializan a nivel nacional y al mercado europeo.
Insecticidas y fertilizantes
Un estudio del Instituto Nacional de Equilibrio Ecológico y Cambio Climático en la región de Hopelchén, reveló que en 2023, el 56% de los lugares cerca de las colmenas contenían al menos un insecticida peligroso para las abejas, lo que sugiere una relación con la muerte masiva.
Además del uso de fertilizantes tóxicos, la producción de miel también se ha visto afectada por el cambio climático. Los largos periodos de sequía retrasaron los ciclos de florecimiento y, por consiguiente, la presencia de polinizadores. Aunado a esto, las inundaciones por el paso del huracán “Beryl” también afectaron las plantaciones y las colmenas.
La investigación indicó que, hasta hace 40 años, 10 colmenas podían producir 300 kilos de miel. Ahora se requieren 50 colmenas para producir la misma cantidad:
“La producción a gran escala que se tiene del chile, tomate, pepino, sandía, soya, sorgo y el maíz, ahí sí se utilizan productos altamente peligrosos y en su mayoría son el Tryphonil, plaguicidas como se conocen, y el glifosato. Entonces el monocultivo está atrayendo también esta decadencia de enfermedades y la muerte masiva de abejas”.
Problema llega a la SCJN
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales denunció la problemática e incluso acudió a los tribunales ambientales de la región hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Aunque los fallos fueron a favor de los apicultores y comunidades campesinas, no se detuvo el uso de los fertilizantes.
Según Oziel Pech, integrante del Colectivo Maya de los Chenes, tampoco se determinaron los culpables ni ha habido indemnización para las víctimas que perdieron su producción y que, en algunos casos, están al borde de la quiebra:
“El proceso ha llegado hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el caso trascendió del juzgado en Campeche a la Suprema Corte. Simplemente reconoció que sí nos violaron nuestro derecho, falló a favor de nosotros pero no hubo una aplicación de justicia desde 2015 hasta la fecha”.
La región selvática maya también enfrentó la construcción de megaproyectos que propiciaron la deforestación de las áreas verdes, así como la contaminación de manantiales y otros mantos acuíferos, indicó Jorge Alberto Pech, apicultor y ecologista de la región:
“Hay una selva que está en deterioro y amenaza por la deforestación, crisis climática, incendios, inundaciones. Entonces también las abejas están haciendo esta labor ambiental de polinizar y muchas veces no se mira eso. Nosotros como apicultores sí estamos siendo afectados en cierta parte por la mortandad de abejas y también estamos sufriendo esta crisis climática”.
Los afectados exigen la reparación del daño y la aplicación de medidas preventivas para evitar la mortandad de los polinizadores así como la protección de las regiones selváticas de la Península de Yucatán, asediadas por la deforestación.
Con información de Imer Noticias
