Un fiscal que investigaba feminicidios en Ecuador fue asesinado este lunes por pistoleros frente a la sede de la Fiscalía en el puerto de Guayaquil, informó la autoridad judicial, que reclamó a la Policía mayor seguridad para sus funcionarios.
Édgar Escobar, que formaba parte de una unidad a cargo de crímenes de odio y de mujeres por razón de género, fue “baleado esta mañana” a las afueras del edificio donde trabajaba, indicó la Fiscalía en Twitter.
Según el organismo, dos de los presuntos agresores ya fueron detenidos en un populoso cerro de Guayaquil, azotado por una ola de crímenes vinculados con el tráfico de drogas que también ha golpeado las prisiones del puerto con cientos de muertos en matanzas carcelarias entre pandillas rivales.
“En la acción policial se incautaron una motocicleta y el arma con la que habrían disparado a la víctima”, agregó la Fiscalía.
El asesinato de Escobar, el segundo fiscal baleado en cuatro meses, estremece a un país todavía conmocionado por la desaparición hace una semana de la abogada María Belén Bernal en una sede policial en Quito.
La mujer ingresó a la Escuela Superior de Policía (ESP) para visitar a su esposo, el teniente Germán Cáceres, y desde entonces no hay rastros de su paradero.
Dos fiscales y un juez asesinados
Ante las sospechas de que pudiera tratarse de un feminicidio, el teniente rindió declaración judicial, tras lo cual está prófugo. El gobierno destituyó a Cáceres y removió del cargo al jefe de la escuela de formación de oficiales.
Ecuador registra altos índices de violencia de género. Según la Fiscalía, al menos 573 mujeres han sido asesinadas desde 2014 en casos tipificados como feminicidios.
Solo en lo que va de 2022 se han registrado 206 asesinatos de mujeres, según Geraldine Guerra, de la Fundación Aldea, que mapea feminicidios en el país.
En medio de la alarma por las agresiones a las mujeres en Ecuador, el asesinato de Escobar también pone de relieve la violencia contra el poder judicial.
Desde mayo último han sido asesinados tres funcionarios: además de Escobar, un juez en la localidad amazónica de Lago Agrio (noreste ecuatoriano, cerca de la frontera con Colombia) y una fiscal de tránsito en el puerto pesquero de Manta (suroeste). Los tres murieron baleados.
Tras el asesinato de Escobar, la fiscal de la provincia del Guayas (capital Guayaquil), Yanina Villagómez, solicitó a la Policía, en representación de todo el ente acusador, redoblar los sistemas de seguridad, patrullajes y mayor protección a sus funcionarios.
Narcotráfico y matanzas
En una reunión con autoridades de Guayas para “buscar soluciones a la inseguridad”, Villagómez también planteó que la recepción de declaraciones de los presos “sean telemáticas para precautelar la seguridad de servidores judiciales”, de acuerdo con la Fiscalía.
A la par con el narcotráfico, la criminalidad ha crecido en el país con 18 millones de habitantes y ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína en el mundo.
En 2021 se registró una tasa de 14 asesinatos por cada 100.000 personas, casi el doble que en 2020.
Cruentos enfrentamientos entre presos con vínculos con el narco dejan cerca de 400 muertos desde febrero de 2021, desde cuando se han producido siete masacres, algunas de las cuales han pasado a figurar entre las peores de Latinoamérica.
Las autoridades ecuatorianas decomisaron el récord anual de 210 toneladas de drogas en 2021 y en lo que va de este año cerca de 150 toneladas.
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