Los restos fósiles del ave fororrácida, de al menos unos 12 millones de años de antigüedad, plantean la nueva hipótesis de que estas criaturas carnívoras tenían la capacidad de adaptarse a entornos más tropicales.
¿Cómo vivía esta criatura?
La mayoría de los fósiles de esta especie se hallaron al sur de Sudamérica, en Argentina y Uruguay. El hallazgo en Colombia sugiere que formaba parte importante de la fauna depredadora de la región y ayuda a comprender mejor los animales que vivían en la región durante la época miocena.
“Las aves del terror vivían en el suelo, tenían extremidades adaptadas para correr y se alimentaban principalmente de otros animales”, explica la coautora Siobhán Cooke, profesora de anatomía funcional y evolución en la Universidad Johns Hopkins.
Los científicos creen que esta desértica región fue antaño un entorno lleno de meandros fluviales y que este pájaro gigante vivía entre primates, mamíferos con pezuñas, perezosos terrestres gigantes y parientes de los armadillos, los gliptodontes, que tenían el tamaño de un automóvil.
Parientes en la actualidad
Se cree que la seriema, un ave de patas largas originaria de Sudamérica que mide hasta un metro de altura, es un pariente moderno del Phorusrhacidae.
“Se trata de un tipo de ecosistema diferente del que vemos hoy en día o en otras partes del mundo durante un período anterior a que América del Sur y del Norte estuvieran conectadas”, agrega Cooke.
La experta concluye que el fósil indicaría que la especie habría sido relativamente poco común entre los animales de allí hace 12 millones de años.
Con información de DW