Culiacán, Sinaloa. El trabajo de bolero es una institución dentro de México, ya que desde hace años vemos a estas personas lustrar y limpiar calzado en diferentes plazas públicas del país.
Don Jorge, ha desempeñado como lustrador de calzado desde hace 40 años, prácticamente toda su vida le ha dedicado a su oficio, empezó a los 11 años de edad en el Mercado Garmendia y de ahí migró lo que ahora es su casa, la plazuela Álvaro Obregón a las espaldas de la Basílica Nuestra Señora del Rosario “Catedral”.
El Bolero, señala que este oficio está en peligro de extinción, debido a que son muy pocas las personas que llegan a embellecer su calzado.
“La boleada cayó, cayó mucho, me preguntaron que si ¿por qué?, yo le digo a la gente que porque la mayoría, usan tenis de tela, eso no se bolea”, comentó.
Jorge es padre de tres hijos, uno de ellos padece de autismo, el mismo joven de 20 años de edad ve cómo su padre batalla contra las adversidades, compra algunos dulces, va a los semáforos para poder llevar algunas monedas a casa y con ello aportar algo de dinero.
“Hermano, es terrible, es no tener aveces y tener que, no nada más es la comida, es la luz, el agua, los impuestos, el predial, ¡Bendito Dios!, la ropa, los zapatos, el dinero para los camiones, para que los plebes gasten en la escuela, son muchas cosas. No le exijo mucho a él por el problema que tiene de autismo”, comentó.
Jorge, señala que es todo un reto el poder sustentar gastos, más porque padece de diabetes e hipertensión, espera que la situación cambie pare mejorar ya que cada día es más difícil poder llevar los sagrados alimentos a casa.
