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Las ciudades que integran el Pacto de Milán defendieron este lunes, en Río de Janeiro, programas para incentivar la agricultura urbana como forma de mejorar la alimentación de sus poblaciones y contribuir para la reducción de las emisiones contaminantes.
Las diferentes iniciativas para promover programas como huertas y cocinas comunes en comunidades, escuelas y residencias particulares se discutieron entre 500 representantes de 162 ciudades, reunidos desde hoy y hasta el miércoles en Río de Janeiro para el Octavo Foro Global del Pacto de Milán.
Este foro de alcaldes, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), representa a 240 ciudades, incluyendo unas 30 de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Venezuela.
«Desde nuestra creación, en 2015, hemos tenido importantes e inmensos resultados en la creación de sistemas de alimentación más sustentables y justos», dijo la vicealcaldesa de Milán, Anna Scavuzzo.
Scavuzzo admitió que antiguamente la alimentación era un tema no contemplado en la agenda de las ciudades. Asimismo, señaló que los alcaldes descubrieron que sus administraciones tienen más posibilidades que las nacionales para actuar en favor de la alimentación saludable y contra el cambio climático.
«Aprendimos que podemos impulsar en las ciudades programas como la agricultura urbana para promover la inclusión social y la justicia climática», dijo.
Según datos citados por los participantes del foro, la producción de alimentos es responsable del 37 % de las emisiones contaminantes en el mundo, pero la adopción de dietas saludables puede reducir hasta en un 20 % esas emisiones.
Casos de éxito
La vicealcaldesa de París, Andrey Pulvar, aprovechó el encuentro para exponer las políticas adoptadas por la capital francesa. Estas surgieron a fin de reducir la huella de carbono en sus sistemas de alimentos, aumentar la renta de productores urbanos y de áreas vecinas y promover una alimentación más saludable.
Una de tales políticas permite la distribución en escuelas y lugares de alimentación colectiva, de casi 30 millones de platos por año, con productos en un 57 % orgánicos y sustentables.
El vicealcalde de Tel Aviv, Roberto Ladijanski, dijo que la política de promover la dieta mediterránea y los orgánicos ha permitido que el 25 % de la población de la ciudad israelí ya sea vegetariana o vegana.
La alcaldesa de Windhoek, Sade Gawanas, expuso los éxitos logrados por la capital de Namibia. Se han enfocado en mejorar la alimentación para reducir emisiones con un programa que promueve la agricultura urbana en las residencias de sus habitantes.
Los organizadores recordaron que, con la pandemia, el número de personas con hambre subió a 828 millones, de los cuales 33 millones en Brasil, según datos de la FAO.
«En mi primer mandato Brasil ya no estaba en el mapa del hambre y la agenda era sobre cómo mejorar la calidad de la alimentación y combatir la obesidad. Pero diez años después, por la pandemia y el aumento de la desigualdad y la pobreza, volvimos a discutir sobre el hambre», afirmó el alcalde de Río, Eduardo Paes.
Entre las iniciativas expuestas por esta ciudad brasileña destaca el Huertas Cariocas, que promueve la agricultura urbana en 56 escuelas y lotes públicos de la ciudad, que ya produjo 50 toneladas de alimentos.