BBC News.- La revelación de que asistentes de Joe Biden descubrieron documentos clasificados mientras sacaban cajas de oficinas particulares del presidente de EE.UU. en Washington ya tenía el potencial de ser un dolor de cabeza político.
Y ahora que se ha encontrado un segundo lote, en un garage de la casa de Biden en Delaware, el embrollo se profundizará aún más.
El caso podría poner en riesgo legal al mandatario, aunque es temprano para sacar conclusiones porque se conoce muy poca información sobre qué documentos son y por qué no se almacenaron de forma segura en los Archivos Nacionales de EE.UU.
Los opositores de Biden rápidamente están haciendo comparaciones entre estas revelaciones y la investigación en curso del Departamento de Justicia sobre el manejo de material clasificado por parte del expresidente Donald Trump luego de su salida de la Casa Blanca en enero de 2021.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, ha pedido al Congreso que investigue al presidente, acusándolo de hipocresía y doble rasero.
Ante cuestionamientos de la prensa este jueves, Biden dijo que hablaría al respecto “pronto”. Pero aseguró que los documentos no habían estado expuestos “en la calle”, sino asegurados, y que fueron entregados al Departamento de Justicia de inmediato.
“La gente sabe que tomo en serio los documentos clasificados y el material clasificado. (…) Como parte de ese proceso, mis abogados revisaron otros lugares donde podrían almacenarse documentos de mi época como vicepresidente [2009-2017]. Y terminaron la revisión anoche”, señaló.
Además, el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, anunció este jueves la desginación de un fiscal especial para investigar el asunto de los documentos de Biden.
¿Cómo se comparan ambos casos?
La clave está en el número, tipo y ubicación de los archivos.
Según reportes de la prensa de EE.UU., los abogados personales de Biden encontraron 10 documentos clasificados, algunos marcados como “Top Secret“ (ultra secreto), guardados en una caja con otros materiales.
Estaba en un archivero del Centro Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global de la Universidad de Pensilvania, una oficina de consultoría privada del demócrata.
Eso contrasta con los más de 325 archivos clasificados, incluidos algunos marcados con las etiquetas secreto o ultra secreto, descubiertos el año pasado en la mansión de Trump en Mar-a-Lago, Florida.
No se sabe todavía cuántos archivos se encontraron en el segundo lote de Biden.
La diferencia entre la oficina del grupo de expertos de Biden y la residencia personal de Trump podría ser notable, aunque no es del todo sorprendente dada la inclinación del expresidente por mezclar negocios y asuntos personales.
Los documentos descubiertos en la oficina de Biden estaban marcados como “información confidencial compartimentada” (SCI, por sus siglas en inglés), según la cadena CNN, lo que indica que el material podría involucrar métodos y fuentes de recopilación de inteligencia.
Según los reportes de la prensa, incluían información sobre Ucrania, Irán y Reino Unido.
De los 300 documentos de Trump recuperados en Mar-a-Lago, algunos estaban marcados de manera similar como SCI.
Los orígenes de las investigaciones
Según el abogado especial de Biden, sus asesores legales personales descubrieron los documentos clasificados cuando salían de las oficinas del Centro Biden en Washington el pasado 2 de noviembre.
Al día siguiente entregaron el material al Archivo Nacional.
Aún no hay muchos detalles de cómo se dio el segundo hallazgo, pero sí que formaron parte de una búsqueda de todas las oficinas que usó Biden, motivada por el primer descubrimiento.
En el caso de Trump, funcionarios de los Archivos Nacionales iniciaron contacto con la oficina de Trump después de determinar que no tenía en su poder algunos registros destacados de su mandato presidencial, como la correspondencia con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
El equipo del expresidente realizó una revisión de sus instalaciones de almacenamiento en Mar-a-Lago y proporcionó al gobierno algún material, incluidos documentos clasificados, pero los archivistas no creían que el equipo del presidente hubiera cooperado plenamente.
Eso puso en marcha la investigación del FBI que condujo a la redada en agosto de la propiedad de Mar-a-Lago y al descubrimiento de más de 100 documentos adicionales.
El asunto ahora se entregó al fiscal especial del Departamento de Justicia, Jack Smith, quien podría investigar si Trump o su equipo violaron la ley federal al obstruir el proceso de recolección de documentos o si destruyó materiales del gobierno.
Este jueves, el fiscal general de EE.UU, Merrick Garland, designó a Robert Hur, un fiscal que ha trabajado en terrorismo y fraude corporativo, como el jefe de la investigación sobre el caso de Biden.
La reacción de Trump
En los días posteriores a la redada de Mar-a-Lago, Trump acusó al FBI y al Departamento de Justicia de realizar una investigación por motivos políticos en un esfuerzo por evitar que volviera a postularse para la Casa Blanca (una campaña que posteriormente lanzaría en noviembre).
Biden, por su parte, dijo que el manejo de Trump fue “totalmente irresponsable”.
Ahora que el propio presidente está siendo acusado de mal manejo de información clasificada, Trump ha pasado rápidamente a la ofensiva.
“¿Cuándo va a allanar el FBI las muchas casas de Joe Biden, tal vez incluso la Casa Blanca?”, cuestionó en su plataforma de redes sociales.
Biden ha dicho que está “sorprendido” de que hubiera documentos confidenciales en su antigua oficina y que está cooperando plenamente con la revisión.
A medida que surjan más detalles del segundo descubrimiento, es posible que el presidente tenga que ofrecer una explicación más clara.