Desde la organización señaló algunos postulados establecidos por el filósofo francés Henri Lefebvre.
Culiacán, Sinaloa | Se entiende por espacio público al entorno físico y material tal como es experimentado por los habitantes de una comunidad. Está compuesto por elementos que son tangibles como edificios, calles, parques y plazas, ámbito en el que ocurren las actividades cotidianas.
Desde la iniciativa ciudadana Mapasin, su ejecutiva de proyectos Gloria Morales compartió una serie de recomendaciones para la construcción de estos espacios desde la perspectiva de Henri Lefebvre, filósofo y sociólogo francés quién desarrolló una teoría crítica en la que argumentó que el espacio no es un elemento neutro fijo, sino un producto social que refleja las dinámicas de poder, economía y cultura.
“Destacó que el espacio público es un producto social dinámico que refleja poder, economía y cultura y se compone de tres dimensiones: percibido, es decir físico y funcional. Concebido, es decir, planeado por las instituciones y vivido, que son experiencias y significados de las personas”, dijo.
Lefebvre plantea que el espacio es un campo de lucha social dónde las diferentes dimensiones interactúan y a menudo se contraponen, por lo que construir ambientes dónde estos tres ejes sean considerados equitativamente es esencial para fomentar la participación ciudadana.
Para esto se necesitaría garantizar que dichos espacios sean inclusivos para todas las personas, independientemente de su edad, género y capacidades, cuyos diseños se adapten a diferentes actividades y contextos sociales.
Además, se deben incorporar elementos locales y culturales para fortalecer el sentido de pertenencia, agregando un equilibrio entre diseños prácticos y características que fomenten la interacción social y conexión emocional.