Culiacán, Sin.- En México, cerca de 2.3 millones de personas viven con discapacidad auditiva, de acuerdo con el Instituto Nacional de Rehabilitación. Este 23 de septiembre, Día Internacional de la Lengua de Señas, no solo se conmemora un medio de comunicación poco conocido, sino también una herramienta que abre puertas a la inclusión, la empatía y la igualdad.
Sobre este tema, conversamos con José Carlos Alemán, intérprete en la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien asegura que su labor ha sido un regalo. Para él, traducir no es únicamente interpretar palabras, sino acompañar a las personas sordas en algunos de los momentos más trascendentes de su historia.
“Yo aprendí lengua de señas como soy licenciado en educación especial, ahorita con una maestría en educación, pero cuando estaba haciendo mi época estudiantil se me hizo muy interesante cómo nos podíamos comunicar a través de las manos, se me hizo algo como al principio como una manera de un hobby como a empezar como una travesura, nunca pensé que me pudiera profesionalizar en esto, yo siempre lo vi como una especie como de travesura entre colegas comunicarnos con las manos, cuando me fui adentrando más en el mundo de la lengua de señas, me di cuenta de las necesidades de los sordos, todo lo que ellos padecían, sufrían al no tener quien pudiera comunicarse en la educación, en la salud, en la recreación y me di cuenta ahí, todo esto que empezó como hobby ahora se volvió ahora como de si yo sé, yo puedo apoyar a los muchachos sordos”.
El intérprete comenta que uno de los casos que más lo han marcado fue acompañar a un joven que representaría a México en el deporte, así como estar presente en un parto, donde ayudó a que una madre sorda pudiera comprender todo lo que sucedía mientras recibía a su bebé.
“Tengo el caso de un muchacho sordo que lo apoyé con él en el nivel licenciatura y tuvo la oportunidad de jugar en la Selección Mexicana deportes para sordos, jugó en Brasil, jugó en Chile y ahorita está como seleccionado nacional y está rumbo a irse a las Sordo Olimpiadas, pues aquí de Culiacán. Y otro logro que tengo de una muchacha sorda, que me invitó al parto de su bebé, entonces fue bien gratificante que a mí como intérprete varón me haya dado esta oportunidad de estar en su parto, porque ella quería saber que estaba pasando, yo siempre con este pudor y este respeto que tiene la feminidad y yo le decía oye te canalizo con intérpretes femeninas con compañeras y me dijo yo quiero que tú seas mi intérprete”.
José Carlos Alemán reconoce que las personas sordas enfrentan adversidades constantes debido a que gran parte de la ciudadanía no está familiarizada con la Lengua de Señas Mexicana (LSM). Sin embargo, insiste en que ya conocemos muchas señas y expresiones corporales que pueden hacer más accesible la comunicación, siempre que exista disposición y empatía.
“Yo de verdad, yo estoy seguro que la gente sabe más señas de lo que cree, sabe señas porque hay necesidades bien sencillas como tomar agua, ir al baño, te voy a mandar una llamada, o sea hay mucho en nuestra cultura mexicana de lenguaje no verbal que el sordo entiende”.
Los retos son múltiples: falta de maestros especializados en Lengua de Señas dentro de la educación, discriminación en el ámbito laboral, barreras de comunicación en hospitales y servicios de salud, así como la falta de intérpretes en trámites y servicios públicos. Todo ello se traduce en un obstáculo diario que limita el acceso a derechos fundamentales.
Aprender y reconocer la Lengua de Señas no es solo un acto de inclusión, sino un gesto de humanidad. Entender a la comunidad sorda significa abrir los ojos a una realidad que existe, que pide ser escuchada, incluso en silencio.