Culiacán, Sin.- Este miércoles 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha para reconocer a quienes viven dentro del espectro autista y en especial, a sus familias, quienes diariamente enfrentan retos y luchan por la inclusión y el bienestar de sus hijos.
Uno de estos casos es el de Israel, un niño de cinco años diagnosticado con autismo en nivel tres desde los dos años de edad.
Su madre, Zulema Angulo, recuerda que había señales tempranas, como el aleteo de manos, pero en un inicio lo consideró un gesto normal de emoción.
Sin embargo, fueron familiares y personas cercanas quienes le sugirieron acudir a un especialista para descartar cualquier condición.
”Para que yo no me sintiera al momento de qué ella me lo estuviera diciendo y yo no lo iba a tomar a mal, simplemente yo le conté y le dije no me estés siendo mal, simplemente me lo estás diciendo para yo pues llevarlo, dame el número de contacto, dime para yo sacar cita con el niño y si ya me pasó el número de la neuróloga y al día siguiente ya era tarde el día siguiente yo saqué la cita y me la dieron para el día siguiente en la tarde y ya fuimos ahí estuvimos yo valoraron y ya para ella también tiene autismo”.
Al recibir el diagnóstico, Zulema sintió una mezcla de emociones que la llevaron al llanto.
”Entonces me fui al CAS, todavía no lo saqué de acá me fui al al CAS para que lo valoraran y me citaron para una prueba que es cuando te dan el diagnóstico, me acuerdo que ese día fue mi mamá conmigo y mi papá porque Israel estaba trabajando y ya al salir, me dice la psicologa así directamente el niño tiene autismo y sentí algo bien feo y dije yo así nada más así y me dijo sí, aquí están los documentos, este es el diagnóstico tiene yo, sentía algo bien feo la verdad porque no me imaginé que iba a ser así”.
A partir de ese momento, comenzó un proceso de aprendizaje y adaptación para brindarle la mejor atención posible, incluyendo terapias especializadas.
Uno de los mayores retos fue el ingreso de Israel al kínder, pues su mamá cuenta que tenía miedo de dejarlo en un entorno escolar, preocupada por posibles accidentes, ya que su hijo no mide el peligro en ciertas situaciones.
También temía los comentarios de otras familias que desconocen las características del autismo.
”Yo sí tenía temor, miedo tenía cuando fuera entrar al kinder porque yo decía Dios mío si se está paseando en los columpios y otro niño está paseando que me lo golpean a él no le daba por subirse a la resbaladilla allá, pero se queda sentado porque le da miedo resbalarse”.
Ahora, Israel está por ingresar a la primaria, un nuevo desafío donde el mayor deseo de Zulema es que su hijo pueda aprender y recibir la atención adecuada en su nueva etapa escolar.
Zulema relata que el vivir con un pequeño con espectro autista, te permite ver y valorar logros que para muchos pueden ser pequeños, pero para quienes viven de cerca este proceso suele ser una satisfacción muy grande.
”Entonces son logros que tú dices, son pequeños para muchos, pero para mí no, para mí no lo es, porque son logros grandes, son grandes la verdad y aquí estamos todavía en el proceso”.
En este día, Zulema envía un mensaje de esperanza a otras familias que inician este camino, recordándoles que no están solas y que con amor, paciencia y acceso a la información, es posible brindar a sus hijos una mejor calidad de vida.
”No dejarlo como te digo, aunque sea hacerles la lucha y aunque sea una hora, si no puedes dos una hora por semana, pero el chiste es que sigas al pie del cañón con tu hijo, porque es muy difícil más que nada cuando entran a la escuela, entonces yo aquí mi consejo es que no los dejen que le busquen de alguna manera porque son para la mejora del niño para que lleve una vida mejor hacia un futuro”.
La historia de Israel es una de tantas alrededor del mundo, ejemplos de resiliencia, lucha y amor incondicional.
Hoy, el reconocimiento es también para las madres y padres que, día tras día, hacen todo lo posible para que sus hijos salgan adelante.