México registró su año más seco en 2023, el gobierno uruguayo declaró una emergencia hídrica ante los bajos niveles de sus reservas de agua, mientras que los embalses de agua en Chile, y en ciudades como Bogotá y Ciudad de México, están peligrosamente cerca de quedarse sin agua.
Son muchas las ciudades y países expuestos a lo que los científicos definen como “estrés hídrico”: la relación entre la demanda y la oferta de agua en una zona.
La demanda mundial de agua se ha duplicado desde 1960 y los recursos hídricos disponibles se vuelven cada vez más escasos.
Las proyecciones apuntan a que en 25 años, la mitad de la población mundial vivirá en zonas de escasez hídrica.
En América Latina se espera que la demanda de agua aumente en un 43% para el año 2050, casi el doble del crecimiento promedio mundial, cuyo incremento está proyectado entre un 20 y un 25%.