Un país dividido en dos mitades: un norte y noreste que apuesta mayoritariamente por el izquierdista Lula da Silva y un sur y sudeste que dan su voto al ultraderechista Jair Bolsonaro.
El mapa político tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil refleja la campaña más polarizada de los últimos tiempos y muestra una dinámica similar a la de los comicios de 2018.
Con casi la totalidad de papeletas escrutadas, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula consiguió el 48,4% de los votos, mientras que el Partido Liberal (PL) del actual presidente Bolsonaro cosechó un 43,2%. En total, Lula venció en 14 estados y Bolsonaro en 12 más Brasilia, el distrito federal.
A pesar de una ventaja de más de 5 puntos porcentuales de Lula, ambos candidatos deberán medirse en segunda vuelta el próximo 30 de octubre. Para ganar en primera era necesario al menos el 50% de votos.
En las elecciones del domingo, el resto de boletos fueron para la candidata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, con un 4,18%. Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), consiguió un 3,05%.