Muchos de los componentes característicos reflejados en cine y televisión cuentan con orígenes ajenos a la región, señala académica.
Culiacán, Sinaloa | En la zona centro de Sinaloa, la tradición del Día de Muertos se caracteriza principalmente en la visita de las personas a los cementerios y, en muchos casos acompañados de música, hacer limpieza y reparación a las tumbas de sus familiares y seres queridos fallecidos.
En muchos casos, predomina la ausencia de ofrendas tradicionales o flores de cempasúchil genera la percepción de que esta celebración no está completamente arraigada en nuestra región, la Directora de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa señaló que, en realidad, estos pertenecen a la tradición mesoamericana.
Olga Beatriz García Rodríguez explicó que, previo a la conquista española, la zona dónde posteriormente se situaría Culiacán se encontraba en la frontera de Aridoamérica.
“Entonces, yo creo que es más conveniente preguntar por qué no tenemos tapanco como los Mayo-Yoreme y que poca gente lo conoce. Pero tampoco es la tradición que los del centro de Sinaloa, cómo Culiacán”, dijo.
Explicó que el proceso de conquista que se vivió en la zona centro de nuestro estado fue muy diferente en comparación del centro y sur del país, ya que las fuerzas comandadas por Nuño Beltrán de Guzmán habrían realizado un exterminio casi completo de las comunidades indígenas autóctonas.
No obstante, esto no detendría a que, por influencia católica, se arraigara la creencia de la visita anual de los fallecidos y el cuidado de sus lugares de descanso.
“Hay un altar constante, doméstico, dónde ponemos las fotos de nuestros difuntos con ciertos elementos como vasos con agua, alguna imagen religiosa católica, pero no es el altar de los siete niveles del inframundo y que vienen el 27 las mascotas, el 28 los fallecidos por muerte violenta, como en la cosmovisión mesoamericana”, remarcó.
García Rodríguez concluyó que la tendencia creciente de la construcción de estos altares en años recientes contaron con un repunte durante el aislamiento social generado por la pandemia, además de la presencia de estos en películas populares como “Coco” o “El Libro de la Vida”.