Joy y Diana
Lo que inició como una simple amistad, pronto se convirtió en una historia de cuatro: Joy, Diana, Noah y Nour. Ambas tienen claro que ser madres implica un alto grado de responsabilidad, por eso cuando Diana sugirió a Joy formar una familia, ella le decía que debían estar realmente preparadas, pues esa es una decisión de la que no puedes retractarte.
“Ahora sabemos que tenemos la responsabilidad de criar a dos futuros ciudadanos del mundo. Esto cambia tu perspectiva y te hace enfrentarte contigo misma y como pareja. Nos cambió para bien”, dicen. En cuanto a sus hijos, Nour tiene el mismo sentido del humor que Diana, mientras que Noah es un clon de Joy, además, los dos tienen manías y caracteres que reflejan a las dos.
Joy y Diana predican con el ejemplo y llevan a sus hijos por un camino de autenticidad y amor. “Queremos que se amen y se acepten como son, que entiendan que son suficientes por sí mismos, y que comprendan que la vida no siempre es blanco o negro”, dice la pareja.
Eréndira Ibarra
Otra historia inspiradora es la de Eréndira quien cuenta que su hijo siempre fue muy esperado, incluso siete años antes de saber que estaba en camino, ya lo conocían por su nombre: Rocco, un niño auténtico, noble y de carisma desbordante. Para la actriz, el reto más grande ha sido la neurodiversidad de su hijo. “Cuando llega un niño neurodiverso, el mundo cambia y la forma en que hacemos las cosas tiene que cambiar también”, cuenta.
Durante estos siete años, no todo ha sido miel sobre hojuelas para Eréndira, pero ha podido salir adelante gracias a su increíble red de apoyo; su esposo, mamá y hermana la han ayudado a sostener una vida amorosa para Rocco. Para la actriz tampoco ha sido fácil explicar al mundo la condición que tiene su hijo y la belleza que trae consigo el autismo. Ahora, Eréndira expresa su apoyo a todas aquellas personas que viven una situación similar a la suya, y recomienda disfrutar el proceso.
“Ánimo, mucho amor, estamos en esto juntos, y lo que necesiten pueden contar con mi perfil y con mi corazón para apoyarles. No es fácil, pero es hermoso el camino y hay que disfrutar el proceso”, finaliza.
Jacky Bracamontes
Con el pasar de los años y cinco hijas de por medio, Jacky Bracamontes, ha podido descubrir habilidades que jamás imaginó tener, desde volverse “todóloga”, para asumir múltiples roles y poder satisfacer las necesidades de sus hijas, hasta encontrar el equilibrio entre la firmeza y el amor incondicional en la crianza. Para ella Jacky, Carolina, Renata, Emilia y Paula lo son todo y asegura haber conocido el amor incondicional a través de ellas.
“Martín y yo somos muy afortunados porque nunca vamos a estar solitos. Vamos a tener a cinco niñas con nosotros siempre”, dice Jacky. Para ella la maternidad ha sido una montaña rusa de emociones y aprendizaje constante. Recuerda el impacto de perder a un bebé que con tanta ilusión esperaba, una experiencia que la marcó profundamente y que la llevó a encontrar fuerzas en el amor de su familia y en la compañía de su esposo, Martín.
“Diosito tomó la decisión de que se fuera y no estuviera con nosotros en el día a día porque de que es parte de la familia es parte de la familia. Rezamos por él en las noches y pedimos que su hermanito nos cuide. Pero perder un bebé es lo más duro que me ha tocado vivir en la vida”, dice.
