Sobre el tequila mexicano y el champán francés pende la misma amenaza: los aranceles de Trump. Pero México y la UE tienen un as en la manga: su nuevo acuerdo comercial, que los protege y libera de aranceles.
El tequila fue la primera indicación geográfica mexicana en ser protegida en el mercado europeo. Eso sucedió en el marco del Acuerdo Global que existe entre la Unión Europea y México desde el 2000. En ese tiempo, las indicaciones geográficas protegidas de fuera del mercado común superaban apenas la treintena. Ahora, con el acuerdo modernizado que se concluyó en enero rozan las 600.
Entre las indicaciones geográficas protegidas por el nuevo acuerdo están, por parte de México, el tequila y el mezcal , junto con otras 232. Los europeos protegen 336, incluyendo vinos,
cervezas y alimentos. Así, por ejemplo, aparte del champán, Francia protege sus ciruelas de Agen. Alemania, su cerveza bávara y sus salchichas de Núremberg. Italia, el jamón de Parma y el queso parmesano reggiano. Grecia, su queso feta. España, su vino de Rioja y su queso manchego.
Según información de la Comisión Europea, el sistema de indicaciones geográficas (con sus subrubros Denominación de Origen Protegida e Indicación Geográfica protegida) protege a productores y exportadores de la competencia desleal y de las falsificaciones, asegurando al consumidor que está adquiriendo productos de calidad.
En medio de la guerra de tarifas
En un momento en que, desde Estados Unidos, se imponen tarifas tanto a los productos mexicanos como a los vinos europeos, cobra mayor importancia este acuerdo modernizado que pone en cero las barreras arancelarias para ciertos productos.
Hablando en general de los nuevos acuerdos comerciales, “para América Latina, la Unión Europea emerge como un tercer mercado de gran dimensión y sofisticado, que complementa las oportunidades comerciales existentes y permite a los países latinoamericanos integrarse a cadenas de valor de alto valor añadido, y diversificar sus relaciones económicas, reduciendo así su dependencia de las dos principales potencias globales, Estados Unidos y China”, se afirma en un estudio del Instituto El Cano. Las indicaciones geográficas, subrayan los investigadores, protegen productos emblema y fortalecen la producción local.
Manchego: ¿marca o denominación de origen?
“Concluimos el proceso de modernización en 2019. Y, efectivamente, lo que más trabajo costó fue el tema de las indicaciones geográficas”explica a DW Inmaculada Rodríguez-Piñero, asesora sénior de EPPA, organización que hace de nexo entre las políticas europeas y el empresariado.
“Para nosotros eran irrenunciables las indicaciones geográficas, que ponen en relieve una región, un clima, una manera especial de cultivar o procesar esos productos de alta calidad”, sigue Rodríguez-Piñero, que hasta el 2024 integró el Parlamento Europeo y estuvo, en su momento, a cargo del acuerdo.
“A México, porque su principal mercado es Estados Unidos, que funciona con marcas, se le hacía muy complicado crear un sistema para la Unión Europea. Nos costó esfuerzo dejar claro que, con las indicaciones geográficas, los productores mexicanos también se beneficiarán”, añade.
Así, nadie en la Unión Europea podrá producir mezcal, ni tequila, ni sotol. ¿Y nadie en México podrá producir y comercializar queso manchego?
“Tuvimos muchos problemas con esto”, responde la especialista en comercio internacional. “México tiene un producto en concreto que se llama ‘Manchego’. Pero no tiene nada que ver con el de Castilla-La Mancha”.
Cabe recordar que el queso manchego original es un producto tradicional de pasta prensada, elaborado con leche de oveja de raza manchega que crece en un entorno de pastoreo natural. El queso Manchego mexicano data de los años 1980, se produce con leche de vaca y es fundible.
Como fuere, “después de muchos tira y afloja, México aceptó que jamás podría utilizar en el etiquetado ni molinos de viento, ni a Don Quijote y Sancho Panza. Nosotros aceptamos su marca, pero solo si el manchego de España y el Manchego de México están claramente separados”, agrega Rodríguez-Piñero.
Con todo, a pesar de este problemático caso, en México las ventajas de las indicaciones geográficas cayeron en terreno abonado. Desde que en 1994 se creó el Consejo Regulador del Tequila, el sector pasó de tener 300 marcas a poseer 2.900. En ese momento el tequila exportaba a 30 países, ahora, llega a 120.
“Proteger las denominaciones de origen es un sello de calidad. No es lo mismo una marca que una región entera. En Europa, el consumidor tiene muy identificada la calidad con una zona geográfica. Y en México es lo mismo”, agrega.
En cualquier caso, aún falta para que entre en vigor el acuerdo que protegerá tanto al chile habanero de Yucatán como al jamón de las Ardenas belgas. Pero lo que sí está claro es que el tiempo apremia.
“Siempre he defendido que este acuerdo era necesario para México. Su dependencia de Estados Unidos se entiende por la cercanía y la interrelación en todas las cadenas de valor”, apunta Rodríguez-Piñero. “Pero la pandemia, la crisis energética, y ahora Donald Trump en la Casa Blanca, nos enseñan, tanto a México como a Europa, que hay que diversificar, internacionalizar, globalizar. Este acuerdo lo va a permitir. La Unión Europea es la mayor área comercial del mundo, y el consumidor está acostumbrado a ligar una denominación geográfica con calidad”, concluye.
Con información de DW