El Museo Mural Diego Rivera de la Ciudad de México revela, por primera vez en la historia, el origen de “La Catrina”, una de las figuras que más se asocia a la celebración mexicana del Día de Muertos, el 1 y 2 de noviembre.
“En un principio, se pensaba que era obra de un grabador mexicano llamado José Guadalupe Posada; sin embargo, Posada crea un esqueleto con un sombrero, representando la clase alta y esa ilustración solamente abarca del pecho hacia la cabeza y era una ilustración de puros huesos”, dijo a Xinhua el encargado del área de mediación del museo, Arturo Salinas Herrera.
Sin embargo, en 1947, el muralista mexicano Diego Rivera toma una parte de la imagen de Posada, denominada “La Calavera Garbancera”, y le dibuja un cuerpo completo con vestido, una estola en forma de serpiente emplumada, que recuerda a la deidad prehispánica Quetzalcóatl, en un imponente fresco de más de 15 metros de largo.
El mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” fue encargo del arquitecto Carlos Obregón, una obra que adornó el lujoso y desaparecido Hotel del Prado, en la Ciudad de México.
“El personaje de ‘La Catrina’ como tal nace de este mural, obra de Diego Rivera, con las bases de ‘La Calavera Garbancera’ realizada por José Guadalupe Posada”, sostuvo Salinas Herrera.
Posteriormente, la obra se traslada en una sola pieza al Museo Mural Diego Rivera mediante maquinaria especial.
En este proceso, estuvieron involucradas unas 300 personas, entre ellas, especialistas en conservación e ingenieros. Su traslado duró unas 12 horas, en las que mariachis tocaron varias canciones en honor a Rivera.
El mural presenta los sueños de más de un centenar de personajes en el pasado, presente y futuro. En la zona central, Rivera se retrata como un niño y con varios atributos que nos hablan de su origen y personalidad, va de la mano de “La Catrina” y José Guadalupe Posada, a quien el muralista consideraba una gran influencia para su arte.
A sus espaldas, cuidándolo, se encuentra Frida Kahlo, a quien plasmó con el Yin y Yang en sus manos al considerar a la artista como su equilibro espiritual.
En 1988, el Museo Mural Diego Rivera abrió sus puertas al público como el recinto que da resguardo y difusión a la obra mural protagonizada por “La Catrina”.
Para la estudiante de diseño gráfico Gabriela Jiménez, ha sido impresionante conocer la increíble y extensa historia que rodea al fresco de Rivera.
“La historia no la conocía. Hasta que llegué aquí, fue que empezaron a contar la historia de cómo fue que se creó, e incluso este reconocimiento que le dio Diego (Rivera) a Posada sobre ese dibujo de ‘La Calavera Garbancera’. Entonces, me parece muy interesante y creo que cada día aprendemos algo nuevo, es algo muy sorprendente”, expresó Jiménez a Xinhua.
La joven consideró que, en el mundo, “La Catrina” es reflejo de las ricas tradiciones y costumbres de México, así como de su colorido, su gente y su música.
“Hablando de la imagen de ‘La Catrina’, me parece todo un honor ver frente a frente la primera imagen de una Catrina. Creo que como mexicanos debemos estar conscientes de nuestra historia y de nuestra cultura”, concluyó.
Con información de Xinhua