Gianni Infantino fue reelegido este jueves 16 de marzo como presidente de la FIFA. Único candidato, como en su elección previa en 2019, Infantino recibió el apoyo de las 211 federaciones miembro reunidas en Kigali en el 73° Congreso de la federación internacional de fútbol.
Se mantiene así a la cabeza de un proyecto faraónico que busca ampliar el Mundial masculino, pasando de 32 a 48 equipos a partir de la edición 2026, que organizan en conjunto Estados Unidos, Canadá y México, y pasando además de 64 a 104 partidos, con una fase de grupos con doce grupos de cuatro equipos.
También tiene planeado expandir el Mundial de Clubes, actualmente anual con siete equipos, a una competencia cuatrienal con 32 clubes de aquí a 2025.
Con esta mega estructura, Infantino quiere disparar los ingresos de boletería y de difusión. Acaba su mandato 2019-2023 con un balance financiero destacado: un incremento de ingresos del 18% y un fondo de reservas en aumento del 45%. Su sistema ha permitido alimentar subvenciones a las diferentes federaciones, que tienen poder electoral. Así ha acordado los mismos montos a la federación de Bermudas que a la brasileña o a la alemana.
Violaciones de derechos humanos en Catar
Infantino ha asegurado de este modo apoyos, incluso después de que la presidenta de la federación noruega, Lise Klaveness, llevara al orden del día del Congreso en Kigali el tema de las muertes y violaciones de derechos humanos en las obras del Mundial 2022 en Catar.
Otras voces se han alzado contra los proyectos de expansión de la FIFA. El Foro Mundial de Ligas (WLF) y la European League han avisado que preparan una respuesta “apropiada” a las intenciones de Infantino, que dicen perjudican “un calendario sobrecargado y no tiene en cuenta el impacto en la competitividad de las ligas domésticas”.
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