Padecer una infección respiratoria como bronquitis o neumonía durante la primera infancia se ha vinculado a un mayor riesgo de muerte temprana por enfermedades respiratorias en la edad adulta, en un estudio publicado este martes en «The Lancet».
La investigación, realizada con datos de 3.589 británicos de 1946 a 2019, halló que aquellos que sufrieron una infección del tracto respiratorio inferior (IVRI) antes de los 2 años tenían un 93 % más de probabilidades de morir prematuramente entre los 26 y los 73 años por enfermedades respiratorias, al margen de factores socioeconómicos y de si fumaban o no.
El análisis arrojó una tasa del 2,1 % de muerte prematura de adultos por enfermedades respiratorias entre quienes tuvieron una IVRI en la primera infancia, frente a un 1,1 % entre los que no la padecieron.
Este es el primer estudio de su tipo que abarca casi ocho décadas y, aunque tiene limitaciones -por ejemplo, no registra si la persona afectada fue un bebé prematuro o si había fumadores en su entorno-, sirve para alertar de que las muertes prematuras por patologías respiratorias en la edad adulta pueden tener su origen en la niñez y no estar necesariamente relacionadas con hábitos como el tabaquismo.
Nuevos datos
Hasta ahora se sabía que las IVRI infantiles están relacionadas con el desarrollo de deficiencias de la función pulmonar en adultos, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pero se desconocía si estaban ligadas a una muerte temprana.
El estudio calcula que las IVRI en la primera infancia estuvieron vinculadas con un exceso de 179.188 muertes en Inglaterra y Gales durante los 47 años entre 1972 y 2019, lo que equivale a un 20,4 % de todas las muertes prematuras por enfermedades respiratorias en ese período. Un 57,7 % de esos decesos se atribuye al tabaquismo.
Las infecciones de las vías respiratorias inferiores antes de los 2 años solo se asociaron con un mayor riesgo de muerte prematura por enfermedades respiratorias y no por otras enfermedades, como cardíacas o cánceres, se indica en «The Lancet».
Las enfermedades respiratorias crónicas representan un importante problema de salud pública, con unos 3,9 millones de muertes en 2017 -la mayoría por EPOC-, un 7 % del total de fallecimientos en todo el mundo, explica el estudio.
Optimizar la salud infantil
El autor principal, James Allinson, del Imperial College London, observa que «en la actualidad, las medidas preventivas para las enfermedades respiratorias de los adultos se centran en los factores de riesgo del estilo de vida, como el tabaquismo».
Sin embargo, los resultados de este estudio demuestran que hay que «optimizar la salud infantil», «sobre todo abordando la pobreza en la infancia», afirma.
«Las pruebas que sugieren un origen en la infancia de las enfermedades crónicas en adultos también ayudan a cuestionar el estigma de que todas las muertes por enfermedades como la EPOC están relacionadas con factores de estilo de vida» como fumar, declara.
Rebecca Hardy, de la universidad inglesa de Loughborough y el University College de Londres, apunta que «los esfuerzos para reducir las infecciones respiratorias infantiles podrían tener un impacto en la lucha contra la mortalidad prematura por enfermedades respiratorias más adelante en la vida».
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