Ini­cia un pro­yec­to para con­ser­var más de 400 ár­bo­les pa­tri­mo­nia­les de Qui­to

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El italiano An­drea Ma­roè, especialista en escalar árboles gigantes, trepó este lunes, una araucaria de la Plaza de la Independencia de Quito. Esto en una acción para dar inicio a un pro­yec­to de con­ser­va­ción y re­cu­pe­ra­ción de ár­bo­les pa­tri­mo­nia­les de la ca­pi­tal de Ecua­dor.

En el proyecto de intervención de Árbo­les Pa­tri­mo­nia­les del Dis­tri­to Me­tro­po­li­tano de Qui­to participan la Secretaria de Ambiente y el Jardín Botánico.

Ricardo Zambrano, director técnico del Jardín Botánico, dijo a EFE que harán un «aná­li­sis pro­fun­do» so­bre el es­ta­do ac­tual de los ár­bo­les pa­tri­mo­nia­les, muchos de los cuales se encuentran dentro del centro histórico, entre ellos una arau­ca­ria que, seguramente, «tiene más de cien años de edad».

Esa especie de árbol en su hábitat natural, que es Brasil, Paraguay y Uruguay, está en «pe­li­gro crí­ti­co» de extinción, dijo.

«Médico de árbol»

Zam­brano ex­pli­có la im­por­tan­cia de tre­par a los ár­bo­les para eva­luar­los y de­ter­mi­nar fac­to­res que no se pue­den es­ta­ble­cer des­de el sue­lo, como el estado de salud de la copa en general, si existen plagas, roturas de las ramas, si hay daños estructurales en el tronco o en las uniones de las ramas.

«Es casi como ser un médico de árbol. Hay que visitarle al paciente, en este caso la araucaria, para ver su estado», señaló.

Añadió que visitarán «muchísimos tipos de pacientes», entre ellos palmas centenarias, árboles importantes en bosques, magnolias y otros árboles grandes, cococumbis, palmas de cera, pinos y secoyas.

En la etapa inicial se eva­lua­rán 405 ár­bo­les pa­tri­mo­nia­les para determinar cuántos necesitan ser intervenidos, según el estado en que se encuentren, lo que permitirá al Jardín Botánico definir futuros tratamientos y mejorar su estado actual.

La evaluación comprenderá un análisis general del estado de salud (es­truc­tu­ral y fi­to­sa­ni­ta­rio) de los árboles patrimoniales y monumentales de Quito, mediante varias técnicas de arbicultura.

El proceso de evaluación tardará entre tres y cuatro meses, para pasar luego al «tra­ta­mien­to» a fin de re­me­diar los pro­ble­mas que se de­tec­ten.

En el proyecto del arbolado de Quito, que tardará unos 18 meses, se invertirán cerca de 170.000 dólares, y contará con la participación de Andrea Maroè, director científico de la Fundación Árboles Gigantes (Giant Trees Foun­da­tion) y «uno de los mejores arboristas del mundo», según el Jardín Botánico.

La trepa de árboles 

Ma­roè, quien participa desde joven en la recuperación de árboles monumentales, fue uno de los pioneros de la ar­bo­ri­cul­tu­ra y del aná­li­sis ins­tru­men­tal de los ár­bo­les en Italia.

Ha participado activamente en el manual de manejo de arbolado urbano de Italia y ha trepado los árboles más grandes y longevos del planeta.

Tras trepar a la araucaria, en Quito, el italiano dijo a EFE que notó algo de sequedad en el árbol, «pero no es peligroso».

Explicó que la trepa de árboles -técnica que se usa hace 30 años-, permite ver la copa de los árboles sin hacer daño a la planta.

Explicó que para me­dir cien­tí­fi­ca­men­te los ár­bo­les es pre­ci­so subir­los, pues técnicas con láser o el satélite pueden presentar errores del 10 %.

La técnica se usa también en la Amazonía para medir los árboles más altos e importantes.

«En Ecuador descubrimos los más altos: un ceibo cerca a Tena, y también en Yasuní, un cedro y otros árboles muy, muy grandes», que presentan biodiversidad en la copa, dijo el italiano que visita por tercera vez Ecuador.

El experto medirá la próxima semana lo que podrían ser «los man­gla­res más al­tos del mun­do«, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.

Imágenes e información brindadas por https://noticiasncc.com/

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