Este acto se ha celebrado a través de generaciones
Culiacan, Sinaloa | Durante la Semana Santa, las autoridades calles de Tacuichamona, sindicatura ubicada al sur de Culiacán, se transforman en un escenario donde la fe y la tradición se entrelazan a través de la figura de los fariseos, personajes emblemáticos que forman parte de una de las manifestaciones más antiguas y significativas del calendario religioso del pueblo.
La presencia de los fariseos en Tacuichamona data de varias décadas atrás, y aunque sus orígenes tienen raíces en la mezcla indígena y de catolicismo traído por los misioneros, en esta comunidad han adquirido una tradición particular que los distingue.
Los fariseos representan al mal y a los enemigos de Cristo durante la Pasión, pero también encarnan la lucha interna del ser humano entre el bien y el pecado.
Cubiertos con máscaras de madera o cuero, vestimenta colorida y a menudo portando látigos o matracas, los fariseos recorren las calles del pueblo en penitencia.
_”Los judíos, por eso traen ellos una lanza, esa lanza que traen de colores, pues es con lo que golpeaban a Jesucristo se hace miércoles, jueves, viernes y sábado”._
Su andar inquieto, casi ritual, está cargado de simbolismo: huyen del perdón, evitan el bautismo y retan a la figura de Jesús, hasta que finalmente son “capturados” y purificados cada Viernes Santo, en un acto que simboliza la redención.
Este recorrido no solo es un acto de religiosidad, sino también una manifestación cultural que ha sido resguardada por generaciones.
Las familias de Tacuichamona han transmitido este legado a sus hijos y nietos, manteniendo viva la esencia de una tradición que no solo honra la Semana Santa, sino que refuerza la identidad colectiva del pueblo.