Información: DW
Según los datos oficiales más recientes, Estados Unidos tiene una población total aproximada de 395 millones de habitantes, de los cuales, más de 14 por ciento (casi 48 millones de personas) tiene algún tipo de trasfondo migratorio, según datos del Pew Research Center.
El corredor migratorio hacia Estados Unidos es el más grande del mundo y, según datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, ese país es también la mayor fuente global de remesas.
Globalmente, India es el país que más remesas capta en todo el mundo, en un volumen estimado en 100.000 millones de dólares (cifras de 2021).
Sin embargo, los envíos monetarios de inmigrantes desde Estados Unidos son encabezados por México, con más de 52.000 millones de dólares.
De los casi 48 millones de inmigrantes en territorio estadounidense, el 23 por ciento corresponde a residentes no autorizados o “indocumentados”. Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se trata de 11 millones de personas. La mayoría de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos proviene de México, seguido de Guatemala, El Salvador, Honduras y las Filipinas.
La cifra de remesas que estos “residentes no autorizados” o “inmigrantes ilegales” envía a sus países de origen no ha sido cuantificada de manera plausible. Un informe del Congreso estadounidense señala que “los datos oficiales sobre el envío de remesas no incluyen los flujos informales. Las estimaciones al respecto varían grandemente, de un 50 a un 250 por ciento del volumen total reconocido de remesas”.
Remesas igualan a inversión extranjera directa
Es un hecho, sin embargo, que para los países receptores, las remesas -y principalmente las que provienen de Estados Unidos, para los receptores latinoamericanos- se han convertido en un importante factor económico.
De hecho, cifras del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional indican que globalmente las remesas son un factor económico más estable que la inversión extranjera directa, a la que se acercan cada vez más en cuanto al volumen.
En cambio, las ayudas oficiales destinadas a apoyar el desarrollo de muchos países de origen de los migrantes a Estados Unidos han crecido a un ritmo mucho menor que el de las remesas. Para 2024, se pronostica que este rubro no llegará ni siquiera al 10 por ciento del volumen total de remesas globales. (ms)