Al igual que sus protagónicos en el cine mexicano, María Rojo ha brillado por ser una mujer fuerte, decidida y talentosa, características que se fueron afianzando gracias a la actuación, pues de ser una niña distraída, mala en la escuela y hasta con problemas de dislexia, encontró en este arte al aliado perfecto para sacar a relucir lo mejor de sí y desde entonces es en el set donde se ha sentido la más dichosa.
De padre ingeniero y madre maestra, y sin ningún miembro de su familia inmerso en aquel mundo, actuar no era algo que llevara en la sangre, sin embargo, su familia siempre tuvo fascinación por las artes escénicas y el sentimiento permeó en ella. Fue gracias a una maestra de primaria que pudo tener su primer acercamiento al gremio participando en su primera obra escolar, experiencia que la haría darse cuenta del camino que quería seguir por el resto de su vida.
Profesionalmente, Rojo arrancó su faceta como actriz en el programa Teatro Fantástico de Enrique Alonso ‘Cachirulo’, siendo el mismo actor quien supo reconocer su talento y motivó a su madre a meterla de lleno en la actuación.
Tras algunas participaciones en teatro en obras como La mala semilla y No habrá guerra en Troya, con Salvador Novo, su primer protagónico en el cine lo obtuvo a los trece años en la película Besos prohibidos (1956), del director Rafael Baledón en el que fue la hija de Luis Aguilar.
La carrera de la mexicana, quien estudió Arte Dramático en la Universidad Veracruzana tuvo su boom a finales de los años sesenta, participando en reconocidos filmes del lado de aclamados directores en títulos como Los recuerdos del porvenir (1968), basada en la novela homónima de Elena Garro, y El castillo de la pureza (1972) de Arturo Ripstein, El apando (1975) y Las poquianchis (1976), de Felipe Cazals y Naufragio (1977), de Jaime Humberto Hermosillo.
La influencia de Felipe Cazals en mi carrera fue significativa. Trabajar con él te dejaba la sensación de que habías logrado algo valioso”, destacó la actriz en entrevista para un medio nacional.
Otros de sus trabajos más destacados llegarían en los ochentas bajo títulos como María de mi corazón (1979), Bajo la metralla (1982), Los confines (1987), Lo que importa es vivir (1987), Rojo amanecer (1989), La tarea (1990), Danzón (1991), Salón México (1995), El Callejón de los Milagros (1995), De noche vienes Esmeralda (1997) y Perfume de violetas, nadie te oye (2000).
Con estas piezas la mexicana logró hacerse de un nombre y llamar la atención de múltiples directores y colegas a nivel nacional e internacional, quienes quedaban encantados por sus estremecedoras interpretaciones y mensajes desafiantes.
Una de las anécdotas más famosas de la primera actriz fue cuando el cineasta Pedro Almodóvar la contactó para que trabajaran juntos, lo que nunca pudo concretarse, sin embargo, al hablar de un momento en el que esta cercanía con otras luminarias no sucedía a menos de que realmente se lograra hacer algo significativo para llamar la atención, hizo que María se convirtiera en una de las actrices a seguir más importantes de la época.
Hubo tantos proyectos en ese momento que no pude llevar a cabo otros porque se empalmaban. Por ejemplo, tuve una oportunidad en España, tengo una carta de Almodóvar, donde expresa su admiración por mi trabajo en La tarea y Danzón pero ni siquiera se me pasó por la mente viajar para allá”, ha compartido apenada.
La versatilidad en sus proyectos no sólo evidenciaba sus dones artísticos, sino las ganas de Rojo de querer involucrarse en producciones que lograran sacudir y poner a pensar a su público bajo temáticas sociales y políticas, pues siempre estuvo consciente del alcance que podría llevar su trabajo.
Nunca jugué a actuar, para mí siempre fue una responsabilidad”, mencionó en una entrevista para el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).
A través de mis personajes y mi trabajo he buscado transmitir fuerza, empoderamiento y autenticidad en cada historia que he tenido la suerte de contar en la pantalla grande”, expresó.
Un claro ejemplo de esto fue Rojo Amanecer, el filme de Jorge Fons, que además de obtener una gran acogida por la que se les otorgó el premio Goya, representó para ella la oportunidad de abarcar temas que le preocupaban y usar su arte para dar un mensaje más allá del entretenimiento.
Esta película representó para mí una especie de venganza. En el 68 estaba con mi novio, quien luego se convirtió en mi esposo, él era sonidista y lo golpearon y lo tuvieron preso en el Campo Militar Uno. Entonces, cuando Javier Robles me dijo: “Tengo un guion sobre Tlatelolco”.
Le dije: “Órale, lo hacemos”.
El alcance que tuvo me hizo reflexionar sobre el impacto duradero de mi trabajo y cómo trasciende fronteras”, señaló.
Dentro de sus trabajos más actuales se encuentran filmes como El Infierno (2010), Las horas contigo (2014), Reviviendo la navidad (2022) y Malvada (2022), además de series y telenovelas como Señorita Acero (2018), Narcos: México (2020) y Mi fortuna es amarte (2022).
Mi carrera ha sido una montaña rusa de experiencias y desafíos. He tenido la oportunidad de interpretar a personajes fuertes y liberados en películas significativas, cada papel me ha permitido crecer como actriz y como persona, y estoy agradecida por todas las oportunidades que la vida me ha brindado en el mundo del entretenimiento, pero sobre todo del cine”, señaló.
Su adhesión a la política
Su búsqueda por un cambio significativo a nivel social y político traspasó las pantallas llevándola a quererse involucrar directamente en el ámbito político, lo que la llevó a ser diputada federal de 1997 al año 2000, senadora de la República del año 2006 al 2012 y jefa delegacional de Coyoacán del 2000 al 2003.
En 2018 anunció su retiro definitivo de la política, luego de contender como precandidata del Partido de la Revolución Democrática por la Jefatura delegacional de la alcaldía Coyoacán, asegurando no haber contado con un proceso justo señalando que son “unos cuantos” quienes asignan las postulaciones a su conveniencia.
Honor a quien honor merece
La celebración de su cumpleaños número 80 coincide con la apertura de la nueva Cineteca Nacional de las Artes, la cual abre sus puertas el día de hoy y a su inauguración decidió sumar un homenaje a la actriz para unirse al festejo del día de su nacimiento, al que además se le ha concebido como el Día Nacional del Cine Mexicano desde 2018, una coincidencia que desde entonces a Rojo le ha parecido muy especial.
Yo nací un 15 de agosto y luego hicieron la celebración del cine mexicano en esa fecha y me dio mucha risa porque pensé: ‘Parece que es por mí’, destacó sonriente.
El pequeño homenaje traerá consigo la exhibición de ocho filmes de Rojo, entre ellos Danzón, María de mi corazón y Rojo Amanecer.
Información: Excelsior