En los primeros 7 meses de este año, 71.012 migrantes cruzaron la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, en su viaje hacia Norteamérica, el 63,28 por ciento (44.943) de ellos venezolanos, según cifras del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá difundidas este martes.
El número acumulado hasta julio pasado es un 57,7 por ciento superior a los 45.029 migrantes irregulares registrados en igual período de 2021, año que cerró con la cifra inédita de 133.726 de estos viajeros en tránsito por Panamá, país que sirve de entrada a Centroamérica.
Julio ha sido el mes de mayor flujo en lo que va de 2022, con un total de 22.582 migrantes irregulares que llegaron a la provincia panameña de Darién tras atravesar la selva, de los cuales 16.864 (74,6 %) eran venezolanos.
Panamá acoge a los viajeros irregulares en estaciones de recepción migratorias (ERM) situadas en su frontera con Colombia (sur) y con Costa Rica (norte), donde toman sus datos biométricos y reciben alimentación y atención médica, en un operativo único en la región que consume millones de dólares anuales, como ha dicho el Gobierno.
A los venezolanos les siguen los haitianos y los cubanos, con unos 4.821 y 3.133, respectivamente, que entraron a Panamá a través de la selva del Darién entre enero y julio pasados.
“Combinación de problemas”
Según las estadísticas panameñas de julio pasado, los haitianos siguieron en ese mes en segundo lugar con 983 de sus nacionales cruzando la selva, pero en tercer lugar se situaron ciudadanos de Senegal (883) por encima de los cubanos (574).
En una entrevista con Efe en el marco de una visita a Panamá a finales de julio, el secretario general de la Cruz Roja Internacional, el nepalí Jagan Chapagain, afirmó que el flujo migratorio irregular “está aumentando drásticamente” en Centroamérica y México.
Ello debido a una “combinación de problemas” como la pobreza, la inseguridad por conflictos internos o violencia, los desastres naturales y ahora el “impacto devastador” de la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, que “ha dado lugar a un importante movimiento de personas” en el mundo, dijo Chapagain.
El Servicio Nacional de Migración informó este martes que tres migrantes irregulares de nacionalidad venezolana y colombiana fallecieron ahogados el lunes cuando se bañaban en el río Armila, en la zona fronteriza.
Centroamérica es desde hace años una ruta para personas en movilidad procedentes de todo el mundo que se dirigen principalmente a Estados Unidos, pero al mismo tiempo su Triángulo Norte – compuesto por Honduras, Guatemala y El Salvador – es origen de miles de migrantes que buscan el “sueño americano” estadounidense.