Muere Don Ignacio López Tarso, considerado uno de los actores más importantes de la escena mexicana del siglo XX

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Culiacán, Sinaloa.- Con más de medio centenar de filmes, más de 100 obras de teatro y participaciones en series de televisión, bajó el telón de su vida, a los 98 años de edad, don Ignacio López Tarso, actor teatral y cinematográfico considerado uno de los más importantes de la escena mexicana del siglo XX.

Ignacio López Tarso, nació un 15 de enero de 1925, su primer acercamiento con la actuación fue a los ocho años, cuando sus padres lo llevaron a una función de teatro de carpa, según contó muchas veces. Cuando se apagó la luz y se abrió el telón, aquel niño quedó impactado. Tiempo después, a los 24 años, entró a la Escuela de Teatro de Bellas Artes. Pero antes había pasado por el seminario, donde entró solo por su interés por seguir estudiando –nunca tuvo la intención de ser sacerdote y por el servicio militar.estudió arte dramático en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, e inició su carrera de actor en la Compañía de Teatro Estudiantil Autónomo.

Alcanzó el pleno reconocimiento profesional encarnando al soberano azteca Moctezuma Xocoyotzin en Moctezuma II, de Sergio Magaña. A partir de ese momento se convirtió en un actor imprescindible en las obras de los dramaturgos Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández y Sergio Magaña, y en los montajes del director teatral de origen japonés Seki Sano. Discípulo de Stanislavski, Seki Sano introdujo en México el método de formación y dirección de actores de su maestro, lo que propició el desarrollo del realismo. Estos artistas formaron un grupo que lideraría la renovación del teatro mexicano en los años cincuenta.

Bajo la dirección de Seki Sano, Ignacio López Tarso trabajó en Las brujas de Salem (1953), de Arthur Miller, y en Prueba de fuego. Otras obras en las que demostró su solvencia como actor fueron El precio (también de Arthur Miller), Enrique IV (1922), de Luigi Pirandello, y El rey se muere (1962), de Eugène Ionesco.

Por lo que respecta a su carrera cinematográfica, López Tarso desempeñó también una labor importante en el desarrollo del cine de su país, participando en títulos memorables como Nazarín (1958), de Luis Buñuel; Juana Gallo (1960), de Miguel Zacarías, o Tarahumara (1964), de Luis Alcoriza. Con el director Roberto Gavaldón rodó destacados filmes como Macario, filme de 1959 uno de los más importantes de su trayectoria.El gallo de oro (1964) y La vida inútil de Pito Pérez (1970).

Ganó en dos ocasiones el Premio Golden Gate al mejor actor, la primera por su trabajo en El hombre de papel (1963), de Ismael Rodríguez, y la segunda por la ya citada Macario (1960), de Roberto Gavaldón. En los años 70 y 80 participó en varias series históricas de televisión, como El derecho de nacer (1981) o Senda de Gloria (1987), ambientadas en la Revolución Mexicana.

México está de luto, López Tarso ha quedado para siempre en la historia del cine junto a mitos como María Félix, Pedro Infante o Jorge Negrete.

Descanse en paz, el inolvidable Macario.

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