Llevó mucho tiempo responder a la pregunta: ¿Viven pueblos indígenas no contactados en la zona de Napo Tigre, en la Amazonía peruana?
Después de veinte años de insistencia de diferentes organizaciones, el Estado peruano reconoció la presencia de pueblos indígenas en aislamiento en esta zona del departamento de Loreto mediante un Decreto Supremo emitido el 1 de septiembre.
La resolución abre la puerta a la creación de la Reserva Indígena de Napo, Tigre y afluentes, una vieja reivindicación de organizaciones indígenas y de grupos conservacionistas en el país que, como establece la ley peruana, supondría la máxima protección para el territorio y sus moradores, e implicaría el fin de las actividades extractivas en la zona, entre otras medidas.
Carolina Pinedo, directora general de Derechos de los Pueblos Indígenas del gobierno peruano, le dijo a BBC Mundo que el reconocimiento “supone un hito histórico que permitirá la protección de los derechos de los no contactados y es el paso previo a la creación de la reserva”.
Pero la petrolera franco-británica Perenco, que explota una concesión en la zona, se opone y ha demandado al gobierno peruano. Niega que allí haya indígenas en aislamiento.
Grupos locales que propugnan una “Amazonía productiva” también se oponen y reclaman incluso la abolición de la ley que ampara a los pueblos no contactados o en contacto inicial, como los denomina la ley.
El pulso supone un nuevo litigio entre el Estado peruano y compañías extranjeras, con las que el presidente Pedro Castillo prometió una relación más justa en la campaña electoral.