La guerra lanzada por Rusia contra Ucrania está en un momento clave. Se multiplican los indicios de que la sureña ciudad de Jersón, bajo ocupación rusa, podría ser reconquistada por los ucranianos. Mientras el ejército ucraniano intensificaba su ofensiva en la región, Rusia comenzó en los pasados días a trasladar a civiles y funcionarios administrativos a la otra orilla del río Dniéper. Según medios rusos, hasta 60 mil personas podrían verse afectadas por la medida. De acuerdo con datos ucranianos, más de medio millón de personas ha abandonado la zona desde la invasión rusa.
No está claro cuánta gente está siendo forzada a ir a Rusia. Joachim Krause, director del Instituto de Política de Seguridad de Kiel, dijo a DW que Moscú podría utilizar el estado de guerra, recientemente proclamado en las regiones anexionadas, para trasladar a Rusia a parte de la población. “Tampoco es seguro por cuánto tiempo permanecerán esos territorios bajo ocupación rusa. En Jersón estamos viendo ahora que la administración militar quiere evacuar a la población civil, probablemente contra su voluntad”, señaló Krause. “Temo que ese sea el verdadero motivo que hay detrás”, agregó.
Cabeza de puente
Para ambos bandos hay mucho en juego. El coronel austriaco Markus Reisner, historiador militar, considera que “la ofensiva de Jersón es la más importante y decisiva” para Ucrania. Al comienzo de la invasión, Rusia consiguió atravesar el Dniéper. Y, según Reisner, aunque de momento no dé esa impresión, los rusos podrían utilizar esa cabeza de puente para avanzar hacia Odesa, cosa que Kiev quiere impedir a toda costa.
El Dniéper es el río más importante de Ucrania. El ejército ruso solo ha podido atravesarlo hasta ahora en la zona de Jersón, estableciendo una cabeza de puente. La región de Jersón, anexionada recientemente por Rusia junto con otras tres regiones, había sido ocupada prácticamente por completo en los primeros días de la guerra. Para Rusia tiene especial importancia porque por ella atraviesa el único camino terrestre hacia la Crimea, cuya anexión se produjo en 2014. Un canal abastece a la península con agua del Dniéper. Ucrania lo bloqueó en 2014 y Rusia lo volvió a abrir tras la invasión.
Desde entonces, las tropas rusas apenas han avanzado. Al contrario: el ejército ucraniano ha podido liberar últimamente varias localidades pequeñas en las inmediaciones de Jersón. Eso obedece también a que, desde julio, Ucrania ha bombardeado puentes sobre el Dniéper, complicando el abastecimiento de las tropas rusas.
Putin habría prohibido la retirada
Según Reisner, el problema para el ejército ruso son los “cuellos de botella de los puentes”. Estos han sido seriamente dañados por los ucranianos y los puentes de pontones no son suficientes. “Si uno ve que la estrategia de los rusos es consolidarse en una línea fuerte antes del invierno, parece lógico que posiblemente desalojen la orilla occidental y se replieguen a la oriental”, dice el experto militar. La consecuencia sería que Rusia no podría atacar desde Jersón la vecina ciudad de Nicolaiev y luego Odesa, al menos por ahora.
Algunos observadores ven en las últimas declaraciones del nuevo comandante ruso en Ucrania, el general Serguéi Surovikin, una confirmación de una posible retirada. Surovikin dijo en una entrevista de TV que la situación “no es fácil” y no descartó “decisiones difíciles”. Eso implicaría, sin embargo, un cambio en la postura del Kremlin. A fines de septiembre, el New York Times señaló que el presidente ruso, Vladimir Putin, había prohibido a sus militares dejar Jersón. Ante este trasfondo, Rusia se prepara para defender esta ciudad de importancia simbólica y estratégica.
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