Las relaciones entre Rusia e Israel son más tensas que nunca. A pesar de las llamadas telefónicas al más alto nivel, la “Agencia Judía” (en hebreo “Sochnut”), una agencia de migración israelí, está amenazada con el cierre de su representación en Rusia. Un tribunal de Moscú decidirá el viernes sobre una solicitud del Ministerio de Justicia que pide la disolución de la agencia.
El trasfondo ha sido objeto de especulación en ambos países durante semanas. Reporteros de la redacción rusa de la emisora británica BBC informaron sobre una carta de 20 páginas que el Ministerio de Justicia habría enviado a la Agencia Judía en junio. Se dice que la carta contenía toda una lista de acusaciones de irregularidades. Según una fuente anónima de la representación rusa de la agencia, hubo dos puntos principales de crítica: supuestamente se recogieron datos personales y se enviaron al extranjero; además, se acusó a la Agencia Judía de fomentar la fuga de cerebros, es decir, la emigración de personal cualificado.
“El hecho de que estemos ayudando a la gente a abandonar el país tiene un impacto negativo en la economía y las perspectivas de la Federación Rusa”, cita la BBC a un funcionario de la Agencia Judía sobre las críticas del gobierno ruso en la carta. Según las cifras oficiales, alrededor de cuatro millones de rusos abandonaron el país en el primer trimestre de 2022, lo que supone un aumento del 46 por ciento respecto al año anterior, informan los medios de comunicación rusos.
Fomentando la identidad judía y ayudando a emigrar
La Agencia Judía tiene dos tareas principales: ayudar a los judíos de todo el mundo a emigrar a Israel y reforzar la identidad judía. La agencia organiza cursos de lengua hebrea y programas educativos, y también ayuda a los necesitados en Israel y en el extranjero. En Rusia, la organización apoya, entre otras, a asociaciones que ayudan a personas mayores y a personas con discapacidad, tanto judías como no judías.
Según la Agencia Judía, el número de inmigrantes procedentes de Rusia aumentó un diez por ciento, hasta alcanzar unas 7.500 personas en 2021. Rusia fue, por tanto, el principal país de origen de la migración judía a Israel.
La Agencia Judía ya fue “blanco de las autoridades rusas” poco después de la anexión de Crimea en violación del derecho internacional y el posterior estallido de la guerra en Ucrania en 2014, dice a DW su antiguo jefe, el ex político israelí y ex disidente soviético Natan Sharanski. Cuando se produjeron las primeras tensiones con Occidente, dice, Rusia prohibió a las organizaciones no gubernamentales recopilar datos sobre ciudadanos rusos y almacenarlos en el extranjero. “Pero la Agencia Judía hace exactamente eso: se pone en contacto con las personas que tienen derecho a emigrar, dirige varios programas y ayuda a la gente a reasentarse en Israel”, dijo Sharanski.
¿Presión política sobre Israel?
El periódico israelí Jerusalem Post sospecha que hay un trasfondo político en la actitud rusa. La relación entre Rusia e Israel, escribe el periódico, se ha complicado tras la invasión de Ucrania. Israel ha prometido apoyo a Ucrania y ha criticado a Moscú, pero no se ha sumado a las sanciones occidentales. En mayo, una declaración del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, provocó un escándalo. En una entrevista, Lavrov comparó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski con Hitler. Posteriormente, el presidente ruso Vladimir Putin se disculpó por estos comentarios ante el entonces primer ministro israelí Naftali Bennett.
Al parecer, la Agencia Judía se está preparando para una emergencia. En el peor de los casos, todo el trabajo continuaría “en línea o por teléfono”, reporta el Jerusalem Post. Sin embargo, la asistencia in situ en Rusia se haría imposible en caso de cierre.