Irán seguía el lunes con preocupación la evolución del estado de salud de Piruz, nacido en el país y uno de los últimos guepardos asiáticos del mundo.
El joven felino se convirtió en orgullo nacional desde el momento de su nacimiento, en mayo de 2022, en un refugio en el este de Irán.
Este acontecimiento fue muy celebrado en el país, donde apenas queda una decena de individuos de esta especie en peligro crítico de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Único superviviente de una camada de tres guepardos, Piruz fue llevado el viernes a un servicio de cuidados veterinarios debido a una oclusión intestinal.
Al ser examinado, le fue detectada insuficiencia renal severa que hace temer por su vida.
Su estado de salud «dista de ser bueno», incluso si «ha mejorado respecto a los últimos días», indicó el lunes el jefe de servicio, el doctor Omid Moradi, en un vídeo colgado en la cuenta de Instagram del hospital veterinario.
Desde el viernes, los internautas muestran su preocupación en redes sociales.
«Piruz es la única fuente de alegría para la nación», afirmaba un usuario en Twitter, diciendo «rezar» por el joven guepardo. Otros decían temer la «extinción» definitiva de la especie, también conocida como guepardo de Irán, si Piruz llegaba a morir.
El guepardo es uno de los animales más rápidos del mundo, pudiendo alcanzar los 120km/h. Aún quedan algunos en ciertas partes de África Austral, pero prácticamente ha desaparecido en África del norte y Asia.
Irán, uno de los últimos países del mundo donde los guepardos asiáticos viven en estado salvaje, lanzó en 2011 un programa de protección de estos animales con apoyo de Naciones Unidas.
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