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Un grupo de investigadores, liderados por Catalina López, docente del Área de Salud de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), desarrolló en Quito el primer Instrumento de Tamizaje para Autismo (ITEA) en Latinoamérica. Esto informó el jueves, el mencionado centro de educación superior.
El ITEA es el resultado de un trabajo investigativo de 10 años, a partir de que la Secretaría Técnica de Discapacidades convocará a la academia en 2012 para la creación de una agenda que tratará las problemáticas que evidenciaron las asociaciones de personas autistas en el país.
López, coordinadora de la maestría en Trastornos del Desarrollo Infantil Mención Autismo, lideró desde entonces el trabajo, al hacer un recorrido por el país.
«Durante el proceso, detectó que el instrumento universal que se aplica usualmente -creado en Estados Unidos- daba casos positivos para autismo, cuando no lo eran«, señaló la Universidad en un comunicado. Se hizo un enfasis especial, ya que «López se percató de que este problema se daba porque el test anglosajón no contempla aspectos culturales«.
Es así que la investigación se extendió en un recorrido por el país, con distintas poblaciones, para detectar aquellos elementos interculturales. Esto dio pauta para la elaboración del diseño de un instrumento que se adecuara a las realidades locales y regionales, y con un énfasis en los cambios sensoperceptuales.
Involucrados en el proyecto
El trabajo conjunto con el Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis) fue posible a través de un convenio interinstitucional.
Para la ejecución de la prueba piloto, se sumó el Ministerio de Educación, para lo cual se capacitó a 412 docentes, y el instrumento se aplicó a 848 estudiantes a escala nacional.
Para Wilson Araque, rector en funciones de la UASB, «este es un punto de partida para seguir trabajando en el autismo. El siguiente paso se relaciona con un programa de certificación en este campo«.
López indicó que en el proceso participaron otros investigadores como María Elena Sandoval, María de Lourdes Larrea e Ylonka Tillería, del Área de Salud de la Universidad, así como el Ministerio de Educación y el Conadis.
Proceso de diagnóstico
Llegar a un diagnóstico requiere un proceso que consta de tres partes: el tamizaje (ITEA), y posteriormente, dos test de identificación especializada (diagnóstico).
El ITEA es un instrumento de aplicación que contiene tres formas o módulos, que son tres hojas de calificación, con distintas preguntas.
«La primera forma es para niños de 3 meses a 3 años. La segunda forma es de 4 años a 17 años, que es la que hemos validado ahora ampliamente, y la otra es para adultos«, indicó al apuntar que el objetivo es que, al terminar el proceso con los jóvenes, pueda iniciarse el trabajo en las universidades.
La forma 2, para personas que utilizan la palabra para la comunicación, está compuesta por 36 preguntas y los datos se extraen de los padres o tutores de la persona evaluada, puesto que son ellos quienes observan al niño. Solo en la edad adulta, el instrumento es autoaplicable, explica Catalina López.