Pueblos originarios conforman concejo regional centroamericano para unificarse

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En el marco de los 91 años de la Masacre de 1932, ocurrida en El Salvador representantes de pueblos indígenas provenientes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, conformaron el Consejo Regional Centroamericano (CRC) con la finalidad unificar la organización indígena en la región y otros pueblos de América Latina, tal como dieron a conocer en conferencia de prensa.

Esta iniciativa fue impulsada por el Concejo Ancestral de los Comunes de los Territorios Indígenas (CACTI) y la Alcaldía del Común de Los Izalcos, para aglomerar a pueblos indígenas de los países vecinos.

El Concejo se pronuncia

Luego de las diversas actividades que se dieron a lo largo del fin de semana para conmemorar los 91 años de silencio por la Masacre de 1932, tal como llamaron los firmantes a este evento dada la impunidad sobre los hechos, el Concejo lanzó dos pronunciamientos en conjunto.

El primero fue la resolución final de los foros por “91 años de Silencio del Estado salvadoreño, 1932-2023” en donde enfatizaron la necesidad de unidad y trabajo en conjunto de todos los pueblos indígenas de América Central.

Además, solicitaron, entre diversas peticiones, que el Gobierno salvadoreño encabezado por Nayib Bukele ratifique el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en apelación al artículo 63 Constitucional que reconoce la presencia de los pueblos indígenas en El Salvador.

Y es que El Salvador es uno de los 163 países que no han firmado este convenio que reconoce derechos fundamentales de los pueblos indígenas, como el derecho a la autodeterminación y consulta previa.

Uno de los temas sobresalientes fue la Masacre, por lo que en ambos pronunciamientos pidieron que el estado esclarezca e investigue los hechos, a través de una comisión integrada por CACTI y el Gobierno salvadoreño, en compañía de pueblos originarios de Centroamérica.

En el pronunciamiento sobre la creación de el Concejo pidieron, en ese mismo tenor, que el 22 de enero se instaure como Día de la Dignidad Indígena y que se declaren lugares sagrados los espacios en donde reposan los restos de las víctimas de la masacre del 32.

CACTI es de reciente creación, apenas el pasado 9 de agosto decidieron conformarse como Concejo; sin embargo, con esta conmemoración lanzaron el pronunciamiento para también llamar a otros pueblos de la región a sumarse, principalmente de Centroamérica.

“Una de las críticas que lanzó CACTI fue hacía el Consejo Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño, dado que fue creado sin consulta al resto de la población indígena y respondió a una organización del estado, es una afrenta directa a nuestra autonomía”, señaló el vocero de CACTI, Alex Tepa.

El marco de las preocupaciones de quienes integran CACTI, tiene que ver con una cadena de violencias y omisiones que comenzaron desde la llegada de españoles, pero que se consolidaron con la Masacre del 32 y que continúa.

Y es que los pueblos indígenas no gozan del pleno ejercicio de sus derechos culturales y sociales. Luego de la Masacre de 1932, se asoció que la identidad indígena era sinónimo de comunismo, rebeldía y oposición lo que impactó de forma negativa a los pueblos originarios porque se vieron forzados a ocultar prácticas y tradiciones, a dejar de hablar la lengua o negar el pasado ante la amenaza del exterminio.

Esto fue respaldado por el Estado salvadoreño, que negó la existencia de su población indígena hasta el año 2014.

En la actualidad, los pueblos originarios que habitan en El Salvador son los Nahua-pipil, el pueblo Lenca de la rama Potón, Cacaopera, Ulúas, Chortís, Nonualcos y Pocomanes.

De acuerdo con las denuncias de quienes conforman a CACTI, como el vocero Alex Tepa, el estado salvadoreño construyó un discurso negacionista que exaltó la herencia mestiza y europea.

Por tal razón, según comparte Tepa al medio, es importante que se investiguen los eventos del 32, para que haya restitución de derechos y resarcimiento de los daños.

Tierras y leyes para la población indígena

Asimismo, cuestionó el papel del Estado para aplicar la extinción de dominio en tierras ociosas que puedan destinarse a la población indígena, para que se utilicen a favor de las actividades que promuevan revitalizar su cultura.

“A nivel latinoamericano y centroamericanos son similares las luchas que tenemos los pueblos indígenas, porque los estados fueron construidos por la ideología occidentalizada y filosofía colonial. Se consolidaron los estados racistas, discriminatorios y excluyentes, para los pueblos originarios”, criticó.

Dijo que por eso decidieron unirse en CACTI, porque buscan unir esfuerzos dado que un Concejo aislado no tiene fuerza, porque las leyes tienen fronteras y las leyes internacionales, pueden tener fuerza, tenemos el respaldo por hermanos que están fuera de la frontera.

Los pronunciamientos cerraron las actividades de la conmemoración 91 por la Masacre del 32, además, se sumaron a las diversas actividades que hubo como la peregrinación nocturna y se realizó una ofrenda, por parte de la comunidad de Guatemala, que se ofreció al fuego, durante las primeras horas de la madrugada, en “El llanito”, lugar de memoria en Izalco.

Se pidió por los ancestros y las víctimas que perecieron en ese lugar y se pidió justicia y protección para quienes participaron.

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