Culiacán, Sin.- El guapachoso ritmo de la “Conga del Fuego Nuevo”, del compositor sonorense Arturo Márquez, se dejó escuchar en el Teatro Pablo de Villavicencio, que lució con un lleno total, con gente sentada incluso en los pasillos, para disfrutar del Concierto de Año Nuevo 2024 de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes.
El singular programa contó con la dirección de su director titular, el Mtro. Eduardo García Barrios, quien en sus comentarios previos a cada pieza compartió que la “Conga del Fuego Nuevo” nos recuerda que la vida se renueva constantemente tras llenar un ciclo, como es el caso de esta maravillosa Orquesta, que este año se renueva e inicia un nuevo ciclo en sus más de 20 años de trayectoria.
La pieza fue el encore con que cerró el programa preparado para la ocasión, para presentarse en dos funciones, la segunda este domingo 14, a las 12:30 horas, con entrada libre.
La pieza de Márquez, rica en percusiones, hizo vibrar a la multitud que sobrellenó el inmueble y no pocos salieron a la noche citadina tarareando el contagioso ritmo de esa melodía, tras disfrutar una noche con piezas de Mozart, Rossini, Tchaikovski y otros autores.
El programa inició con la Obertura de “las Bodas de Fígaro”, de Wolfgang Amadeus Mozart, con que inicia la comedia musical del gran genio de Salzburgo y que fue aplaudida con fervor por su aire agradable y desenfadado.
Siguió con la Fantasía de Romeo y Julieta, de Piotr I. Tchaikovsky, precedida por una reflexión del director sobre los tiempos actuales, con tantas guerras, crímenes y hechos que nos denigran y que van contra el amor, que nos redime. Y del amor dijo, habla esa pieza, sobre una historia de dos enamorados en el marco de la guerra entre dos familias que se destruyen
“Esperemos que los seres humanos nos quedemos con el tema del amor y no con la tragedia”, dijo García Barrios.
Luego, una especie de respuesta a todo este drama con una pequeña pieza llamada “La pregunta sin respuesta” (“The Unanswered Question”), del compositor estadounidense Charles Ives, en la que los instrumentos responden, sin ponerse de acuerdo, a una pregunta hecha por una trompeta, en torno al sentido último de la existencia.
Y para relajarnos, dos miniaturas del autor francés Erik Satie, con orquestación de Claude Debussy, “Dos Gymnopedias”, con una orquestación realizada por el mismísimo Claude Debussy, que era su admirador.
La Obertura de la comedia “La Urraca ladrona”, de Rossini, cerró el programa formal, una pieza descrita por el director como una pieza llena de humor y de gracia que, en efecto, provocó no pocas sonrisas y un gran aplauso al término del concierto.
Y cuando todo mundo se levantaba para marcharse, tras los largos aplausos, como pilón, algo de sabor latino con la susodicha “Conga del Fuego Nuevo”, que provocó muestras de entusiasmo con su ritmo contagioso.