Culiacán, Sin.- Un programa gratamente seleccionado, con piezas ya conocidas o nunca tocadas en la localidad, pero nunca exento de sorpresas, ofreció la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes la noche del jueves en el Teatro Pablo de Villavicencio, en el segundo programa de su Temporada de Otoño 2025, bajo la dirección del Mtro. Alexander Humala como invitado.
El programa De Polonia a Viena, que se repetirá el próximo domingo 14 a las 12:30 horas, con entrada libre, se integra con tres composiciones: Sinfonía No. 4 en si bemol mayor, del alemán Ludwig van Beethoven (1770–1827); la Pequeña suite (Mala suita, en polaco), de Witold Lutoslawski (Polonia, 1913–1994), y tras el intermedio, el bellísimo poema sinfónico Les Preludes, de Franz Liszt (Austria- Hungría, 1811–1886).
Abrió con la Pequeña suite, de Lutoslawski, con cuatro escenas o movimientos: Melodía de pífano, con el sonido del píccolo desplegado desde el inicio, y los graves sonidos de los metales como amenazante fondo, para seguir la polka Hurra, Piosenka (canción) y cerrar con una danza (taniec), en la que la melodía iniciada por el píccolo inicial, regresa, tocada por los metales. Considerada una obra maestra del neoclasicismo polaco, aunque con raíces en el folklor polaco, la pieza logró entusiasmar a los melómanos.
De Beethoven, la esperada y ya interpretada en varias ocasiones por la OSSLA a lo largo de los últimos 24 años, la Sinfonía No.4, en sus cuatro movimientos (Adagio – allegro vivace; Adagio; Allegro vivace – Trio: Un poco meno allegro, y Allegro ma non troppo), que no por tocada es menos sorprendente, con su apoteósico final que provocó un largo aplauso entre vítores en el público. Indudable: Beethoven siempre es Beethoven, el gran genio del romanticismo.
Tras el intermedio, cerró el programa con el poema sinfónico Les Préludes, de Liszt, que data de 1848 (inspirada en una oda homónima del poeta romántico Alphonse de Lamartine), y de la cual, en su estreno, el mismo Liszt escribió: “¿Qué es nuestra vida sino una serie de preludios a una canción desconocida, cuya primera nota solemne es tocada por la muerte?”. Ese mismo aire es el que impregna esta pieza.
Precisa, vigorosa, fue la dirección del Mtro. Alexander Humala, quien es originario de Bielorusia, y tiene un cimentado prestigio internacional como director de orquesta, director de varias agrupaciones en Europa del Este, pero con un amplio reconocimiento en toda Europa y más allá.