En un mundo tan convulsionado por la invasión rusa de Ucrania, tanto presidentes como organizaciones internacionales han tratado de mediar para acordar la paz. Pero esos intentos no han prosperado.
Y en un momento en que pareciera que Rusia pierde terreno en la guerra y anuncia una movilización parcial de 300.000 reservistas, el gobierno de México, a través de su canciller, Marcelo Ebrard, presentó este jueves (22.09.2022) ante el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas una nueva propuesta de paz.
Cinco años de tregua
La iniciativa constaría de un alto al fuego de cinco años entre Rusia y Ucrania, además de la creación de una mesa de negociación entre los presidentes de ambas naciones, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, el primer ministro de la India, Narendra Modi, el Papa Francisco y el secretario de la ONU, António Guterres.
La idea ya había sido anunciada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), durante su discurso de celebración de la independencia mexicana, instancia en la que el mandatario también fue crítico con la ONU y las grandes potencias.
¿Qué tan viable es la propuesta?
La factibilidad de esta iniciativa, que de entrada no tiene el visto bueno del asesor del presidente ucraniano Mijailo Podoliak, es “prácticamente nula”, dijo a DW Francisco González, profesor de Economía, Política Internacional y Política Latinoamericana de la Universidad Johns Hopkins, en EE. UU.
González considera que la idea de “hacer un alto a las hostilidades entre humanos es loable” y añade: “No es que no valga la pena hacer el intento, pero México ni siquiera es una potencia media en términos geopolíticos. Yo estoy seguro de que, incluso dentro del gobierno mexicano, están perfectamente conscientes de que la capacidad de convocatoria internacional de México es pequeña”.
Anna Ayuso, investigadora senior del Barcelona Center For International Affairs (Cidob), también piensa que es una propuesta “poco realista”. Y si bien cree que no es una mala idea, estima que es “un poco ingenuo presentarlo en las circunstancias actuales”.
“El propio gobierno ucraniano la calificó como una propuesta prorusa y dijo que no estaban dispuestos a sentarse en la mesa mientras se producían los ataques. Ucrania ahora interpreta que Rusia está debilitada y que cualquier alto al fuego en estos momentos solo le serviría para rearmarse, por lo que la propuesta llega en un momento bastante inoportuno”, explicó a DW.
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