Ayuntamiento dio razón a hoteleros; también se bajó el volumen a “Pulmonías”.
Mazatlán, Sinaloa | Luego de que algunas voces de hoteleros y turistas extranjeros se alzaran para pedir un alto a lo que consideran un escándalo en la Zona Dorada, el gobierno local inició una mesa de diálogo con representantes de las empresas quejosas y los sindicatos de la música y del transporte público.
El punto central es la discusión sobre la permanencia de los músicos de banda en el área de playa y el malecón, donde por tradición, folclor y un histórico arraigo popular, ofrecen su servicio a locales y visitantes.
Pero la tambora no es el único motivo de encono en el puerto: también hay reclamos por el volumen de la música en medios de transporte turístico como las clásicas “Pulmonías”, las aurigas, safaris, camiones y taxis.
De entrada, a los choferes ya les pusieron un ultimátum para que le bajen a su fiesta sobre ruedas.
Habla la regidora María Esther Juárez:
“están sobreavisados, se van a estar haciendo las medidas necesarias, a partir de ya, deben de bajarle a la música (transportistas), que se respete el tema de ruido y velocidad”.
Según la autoridad, la medida pretende disminuir el riesgo de siniestros viales, dado que el ruido merma el sentido auditivo y, con ello, la capacidad de reaccionar ante posibles avisos de peligro al volante.
El límite permitido serán 68 decibeles y las policías turística y de tránsito supervisarán que la música no se vuelva un exceso. Quienes infrinjan el reglamento municipal deberán pagar al menos 150 UMAS, lo que equivale a 16 mil 339 pesos con 50 centavos. Incluso, el turismo podrá reportar al 911 si su viaje es “ruidoso”.
Eso es con los transportistas, pero también buscan ponerle mordaza a la alegría de las bandas.
El hotelero Ernesto Coppel Kelly condenó lo que llama un ambiente ruidoso y chafa para un destino turístico que ha crecido en inversión y visitantes.
“No podemos permitir, ni un momento más, este escándalo de ruido, cacofónico que se genera en los vehículos del transporte público como pulmonías y aurigas, autobuses urbanos y demás que están causando un daño tremendo a la ciudad. No olvidemos el accidente del trenazo de hace unos años que les costó la vida a muchos paisanos mazatlecos, porque el chofer venía con la radio a todo volumen, porque le gusta la música al chofer, ¿Qué es eso?”.
El dueño de la cadena Pueblo Bonito urgió a regular el volumen en el transporte turístico y, sobre todo, a limitar la presencia de las bandas en zona de playa, pues defendió que muchos huéspedes llegan ahí a descansar y no a sufrir escándalos.
“Miles de millones de dólares se están invirtiendo cada año y no puede ser que no tengamos un orden. A mí me gusta la música de banda, pero son un escándalo, son un desastre en las playas mazatlecas. No dejan descansar a la gente. Yo tengo muchas quejas, de cientos de turistas americanos que me dicen, no vuelvo a Mazatlán por el escándalo y el ruido que provoca que tengan una proyección de destino turístico chafa”, comentó.
Así como Coppel Kelly, otros 20 empresarios han pedido que se legisle para dejar bases jurídicas que acoten lo que tildó como ruidosa música de banda.
A ello respondió el presidente del Sindicato de la Música en Mazatlán, Marco Antonio Gordoa Obeso.
“Ya tiene muchos años, administración tras administración, nosotros le hemos pedido a que lleguemos a unos acuerdos buenos para evitar esta problemática, quieras o no, cualquier situación sale la incertidumbre o la desconfianza de los compañeros puedan perder su trabajo”.
El representante de las bandas enfatizó que van a defender su derecho a tener un trabajo digno y suficiente, por lo que exigió al Cabildo que apoye y no discrimine a quienes por años han ofrecido su música como uno de los atractivos y distintivos internacionales de Mazatlán.
En redes sociales, la ciudadanía expresó su apoyo a los músicos y piden a las y los regidores no privilegiar solo intereses económicos de empresarios.
Algunas de las opiniones rechazan la idea de convertir a Mazatlán en una zona exclusiva para beneplácito de norteamericanos, dejando de lado al turismo nacional y a la población sinaloense que gusta de la banda.
Por ahora, el acuerdo es que esta semana santa los músicos podrán trabajar en un horario limitado de 10 de la mañana a 7 de la noche, pero la afectación no para ahí, pues además, hasta la noche del martes 26 de marzo, solo 30 agrupaciones que recibieron gafete de la Oficialía Mayor para operar.
El asunto seguirá discutiéndose en comisiones del Cabildo de Mazatlán.