“Juro de nuevo dar la vida para defender nuestra libertad”, lanza Jair Bolsonaro bajo los vítores de una multitud de militantes convencidos, algunos de los cuales se dicen listos incluso a “luchar con armas” en caso de una derrota del presidente brasileño en las elecciones de octubre.
Felipe Vicente Alves, en medio de la muchedumbre reunida este martes para un acto en el lugar exacto donde Bolsonaro fue apuñalado por un hombre con trastornos mentales hace cuatro años, recuerda bien aquel 6 de septiembre de 2018 en Juiz de Fora, en el estado Minas Gerais (sureste).
“Yo estaba participando del evento (…) y empecé a ver a la gente congregarse alrededor de él para darle socorro”, narra este corredor de seguros de 41 años que porta con orgullo una camiseta amarilla de la selección brasileña de fútbol.
“¡Fue muy impactante! Luego me quedé orando por él”, dice Alves, para quien es “muy simbólico” que Jair Bolsonaro lance su campaña en el mismo lugar donde esquivó la muerte.
Dice estar “confiado” en que Bolsonaro ganará la elección “en primera vuelta”, el 2 de octubre, aunque en los sondeos el jefe de Estado marche detrás del exmandatario de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva.
Es que este acérrimo bolsonarista cree que las encuestas están “manipuladas” y que el excapitán del ejército de 67 años es en realidad el candidato más popular.
“Donde sea que Bolsonaro va, hay una multitud inmensa (…). Es natural que el candidato más seguido por el pueblo gane. Si eso no pasa, es que hay algo que no cuadra”, afirma.
Y dice estar dispuesto a disputarlo: “Si es necesario luchar por nuestro país, lucharemos, incluso con armas”.
Su hermano, Carlos Henrique Augusto, se muestra más moderado: “No queremos una guerra civil (…) los medios crean un fantasma de que todos los bolsonaristas andan armados y salen a dispararle a la gente. No es verdad. Solo creemos que los ciudadanos tienen el derecho de [tener armas para] defenderse”.
“Yo tengo armas, si fuesen necesarias para la defensa de mi país, yo las uso”, dice por su lado Joao Vitor Ferreira, de 39 años y con el pelo rapado, que vino al mitin con su esposa e hija de nueve años.
“Los valores”
Jair Bolsonaro, que repite que el “pueblo” es su “ejército”, no deja de lanzar dardos contra el sistema del voto electrónico. Algunos temen que desafíe los resultados de la votación en caso de una derrota, lo que podría dar pie a escenarios de violencia como los del Capitolio en Washington, en enero de 2021.
En la multitud de bolsonaristas, un hombre ondeando una bandera de “Trump 2024” atrae vítores.
“No entreguemos nuestro país a las manos de nuestros enemigos”, lanza desde el escenario la primera dama, Michelle Bolsonaro, ovacionada por el público.
Al final de su discurso repleto de referencias bíblicas, pidió a los congregados cerrar los ojos para rezar el Padre Nuestro.
Bolsonaro “es un presidente que defiende la fe cristiana, los valores de la familia”, afirma Pamela Lima, estudiante de 22 años que asistió con un grupo de jóvenes de su iglesia evangélica.
Para Conceiçao Nicolatino, de 80 años, el bolsonarismo no es un asunto de familia. Su hijo, que vive con ella y sus tres nietos, es elector de Lula.
“Poco importa, me puse mi camiseta amarilla con la foto de Bolsonaro y me preparé frente a él, en medio del salón. De todas formas nos llevamos bien”, asegura.
Esta señora mayor con el pelo teñido de rojo y los hombros cubiertos por una bandera de Brasil camina asistida por una muleta, pero no dudó en sortear la multitud para ver a su candidato favorito.
Sentada en una silla para seguir el mitin, dice haberse “encantado” por Bolsonaro, con “su manera de ser, sus caravanas en motocicleta”.
“Es espontáneo al hablar. Me gusta incluso cuando dice groserías, no me molesta. Yo también las digo”, dice con una sonrisa.
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