El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el martes (16.08.2022) su ley estrella, la Ley para la Reducción de la Inflación, que calificó como “una de las más importantes de la historia” del país y con la que busca salir reforzado de cara a las legislativas de noviembre, que se celebran en la mitad de su mandato.
“Los demócratas votaron a favor de reducir el déficit para combatir la inflación haciendo que los ricos y las grandes corporaciones paguen una parte más justa, mientras que todos los republicanos se opusieron a exigir que las grandes corporaciones paguen un impuesto mínimo del 15 %”, apuntó en un acto en la Casa Blanca.
Este es uno de sus proyectos estrella y para dejarlo claro realizará en próximamente una gira por el país para explicar las ventajas de la ley, que aspira a reducir la inflación en plena alza de precios por la pandemia y la guerra en Ucrania.
Además, el 6 de septiembre Biden celebrará en un evento la promulgación del paquete fiscal, sanitario y ambiental, aprobado el viernes por el Congreso y que tiene numerosas inversiones a largo plazo.
“No se trata solo del hoy, se trata del mañana. Se trata de brindar progreso y prosperidad a las familias, de mostrar a los estadounidenses que la democracia todavía funciona en Estados Unidos, a pesar de todo lo que se habla de su desaparición”, apuntó Biden.
El presidente apareció con mascarilla y solo se la quitó para hablar, después de que este mismo martes su esposa, Jill Biden, diera positivo por coronavirus, días después de superar él la enfermedad.
La ley supondrá la mayor inversión pública contra la crisis climática en la historia de Estados Unidos. Sus partidarios estiman que servirá para reducir en un 40% las emisiones contaminantes del país de aquí a 2030 respecto a los niveles de 2005.
Además busca crear normas tributarias más justas para evitar que se repita lo sucedido en 2020, cuando 55 de las corporaciones más ricas del país no pagaron impuestos federales sobre la renta.
Así, habrá un impuesto mínimo del 15 % a las compañías con beneficios superiores a los 1.000 millones de dólares, y se reforzará la agencia de recaudación de impuestos para dificultar la evasión fiscal. Hoy se dejan de cobrar unos 160.000 millones, según cálculos del Ejecutivo.
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