En la capital, Teherán, se encendieron hogueras en las calles, mientras cientos marchaban por una calle principal coreando consignas como “Muerte al dictador”, una referencia al líder supremo de Irán, y que se ha convertido en un estribillo que se repite en las marchas.
En respuesta a las protestas, la República Islámica ha respondido con violencia.
Según la organización de derechos humanos Iran Human Rights, basada en Oslo, al menos 234 manifestantes, incluidos 29 niños, han sido asesinados por las fuerzas de seguridad durante la represión en las protestas.
Además, el Estado ha amenazado a los manifestantes con la pena de muerte, en un intento por poner fin a las marchas.
Una joven manifestante dentro de Irán le dijo a BBC World News: “No puedes imaginar lo difícil que es salir a la calle sabiendo que están listos para disparar. Pero no tenemos miedo”.
“No se trata de mí. Se trata de la próxima generación. Queremos tener una vida normal”.
Y añadió: “No sé cuándo terminarán nuestras protestas, pero hoy la sociedad iraní está más despierta que nunca y estamos listos para grandes cambios”.
Por otro lado, las autoridades han bloqueado todas las plataformas internacionales de redes sociales y herramientas de mensajería.
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