Con cerca de 40 años de experiencia en parques acuáticos y Acuarios, deja una enorme huella en el Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés.
Él, en alguna ocasión mencionó que su trabajo no era nada fácil, pues para ser entrenador de Lobos Marinos se requería de mucha paciencia, pero también carácter para dominar a la especie. Afirmaba que lo que más le gustaba era trabajar con animales, lo que le permitió desarrollar su profesión con Orcas, delfines, pero también aves; pues desde pequeño desarrolló una gran simpatía hacia todos ellos.
Hace apenas unos meses, recibió un reconocimiento por 30 años de trayectoria por parte del Municipio de Mazatlán.
Sus compañeros y colaboradores lo recuerdan como un hombre firme, dedicado, paciente, amoroso con sus animales, y sumamente generoso en sus enseñanzas como formador de varias generaciones de entrenadores de Lobos Marinos
La familia de Gran Acuario, despide con tristeza a Tomás Ramírez Ramírez, que deja un legado de amor y respeto en quienes tuvieron la fortuna de conocerlo.
Descanse en paz, Tomás Ramírez Ramírez