México.- El sobrepeso y la obesidad son un grave problema de salud pública. Según cifras de la Federación Mundial de Obesidad, se estima que en México hay más de 35 millones de personas que viven con este padecimiento.
Hay distintos factores que intervienen tanto ambientales como culturales, sociales y genéticos, pero uno de los principales es el elevado consumo en la población de alimentos con altas cantidades de azúcares y grasas trans.
Las grasas trans son un tipo de ácidos grasos que a nivel industrial son obtenidos de aceites de origen vegetal como canola, maíz o soya los cuales son sometidos a un proceso químico llamado hidrogenación parcial.
“Con temperaturas y presiones muy altas lo bombardean con moléculas de hidrógeno y le meten un catalizador, entonces eso hace que se abran los dobles enlaces y puedan capturar los hidrógenos. Entonces vas insaturado o vas rompiendo sus dobles enlaces para convertir la grasa líquida en grasa sólida”, dijo Rafa Carbajal, doctor en bioquímica y divulgador científico.
Algunos de los productos en el mercado que pueden contener niveles más elevados de grasas trans son la margarina, bizcochos, pasteles, galletas, las papas y pollo fritos, palomitas de maíz y helados. En el negocio de los alimentos, este tipo de lípidos son utilizados con distintos propósitos.
“Entonces por eso utilizan las grasas trans porque son baratas de producir y puedes imitar muchos productos, por ejemplo, el típico caso es el de la margarina que es una imitación de la mantequilla. Otra ventaja que tienen es que son sólidas a temperatura ambiente, son más fáciles de transportar, también tardan mucho en hacerse rancias”, agregó.
A pesar de que los ácidos grasos trans son tan usados en la industria alimentaria y están presentes en la dieta diaria de muchas personas, está comprobado que su consumo habitual puede provocar grandes afectaciones en la salud porque la ingesta de estas grasas artificiales se ha relacionado con el aumento del colesterol LDL: lipoproteínas de baja densidad, un tipo de colesterol dañino, además de disminuir significativamente los niveles de HDL: lipoproteínas de alta densidad, el cual es un colesterol benéfico para la salud.
“El consumo elevado de grasas trans está asociado sobre todo con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. En México este es un problema de salud muy importante y una de las principales causas de muerte, entonces están asociados sobre todo eso: a las enfermedades cardiovasculares y otras como la diabetes o algunos tipos de cáncer”, explicó Mariana Valdés de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tan solo se estima que en México, según datos de la Secretaría de Salud, hay más de 12 millones de personas que padecen diabetes, más de 30 millones hipertensión y al año más de 100 mil personas mueren por infartos cardiovasculares. Es por todo esto que la regulación de las grasas trans se ha vuelto una necesidad, tanto a nivel internacional como nacional.
Información: NCC