Un invento del Instituto Politécnico Nacional (IPN) contribuye, desde hace 30 años, a garantizar la confiabilidad en los procesos electorales: es la tinta indeleble.
“Yo lo veo ya en un tema de hasta de reconocimiento, he visualizado que la gente sale de las casillas y lo primero que hace es mostrar su dedo diciendo ya cumplí, es una manera positiva de demostrar que lo haces y que no vas a darte esa oportunidad de volver a votar”, explicó la encargada de la producción del líquido indeleble, Haydée Vázquez.
Antes de la aparición de la tinta indeleble, era un hecho muy común que las personas votaran varias veces en diferentes casillas.
Tras el fraude electoral de 1988, que llevó a la presidencia a Carlos Salinas de Gortari, se creó el entonces Instituto Federal Electoral (IFE); el recién creado IFE buscó un mecanismo que permitiera identificar a las personas que ya votaron, para evitar que se duplicarán los sufragios.
“El Instituto Nacional Electoral (INE) estableció un concurso para que muchas, todo mundo que llevara tinta, concursara y la que más funcionara, o que sea realmente indeleble fuera la que se utilizaría en las elecciones correspondientes”, expresó el inventor de la tinta indeleble, Filiberto Vázquez.
El ganador fue Filiberto Vázquez Dávila, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que desarrolló, no una tinta indeleble, sino un pigmentador. “La piel cuando se pigmenta pues ya es de ese color, entonces con el pigmentador la piel, ya es de ese color, no le podemos cambiar el color a menos que se lesionara la piel”, agregó Vázquez.
Los ingredientes de este pigmentador, cuya fórmula es un secreto industrial, generan una reacción química al contacto con la piel que la vuelven de un tono marrón que no desaparece hasta después de al menos 24 horas; y con esto se impide que una persona pueda acudir a votar nuevamente.
Desde entonces el artículo 279 de la Ley General de Procedimientos Electorales indica que se debe impregnar con líquido indeleble el dedo pulgar derecho del elector y, como desde hace 30 años, el IPN es el encargado de producir ese líquido para cada elección en México.
“Se elabora en una pequeña planta instalada en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, en donde se mezclan manualmente los ingredientes. Después de ello, se colocan los envases, una máquina los llena, se tapan y después se les coloca la punta o dispensador y otra tapa, con cintillo de seguridad.
Así cada día se producen hasta 10 mil envases de tinta indeleble. Para el proceso electoral federal de 2024, la producción comenzará en febrero.
“Ellos van a instalar alrededor de 175 mil casillas, el equivalente es alrededor de 350 mil piezas para su distribución más menos que van ellos confirmando en de acuerdo a su logística”, apuntó Haydée Vázquez.
Con la tinta indeleble, el IPN puso la técnica al servicio de la patria y en este caso de la democracia en el país.
Información: Once Noticias